MENSAJE DEL PAPA BENEDICTO XVI
EN EL 200 ANIVERSARIO DE LIECHTENSTEIN
COMO ESTADO SOBERANO
A su alteza
el príncipe Hans-Adam II
de Liechtenstein
Vaduz
Desde hace doscientos años el principado de Liechtenstein es un Estado soberano. Profundamente agradecido a Dios, me uno de buen grado a la familia del príncipe y a todo el pueblo de Liechtenstein en su alegría por este particular jubileo.
Partiendo de inicios modestos, se ha desarrollado un país floreciente que, rodeado por países más grandes, pero con un marco cultural semejante al suyo, ha conservado, bajo la sabia dirección de los príncipes, su identidad propia y a lo largo del tiempo se ha consolidado.
Elementos esenciales de esa identidad son el sólido arraigo de los habitantes de Liechtenstein en la fe católica y su fidelidad a la Cátedra de Pedro. Lo demuestran las costumbres cristianas profundamente enraizadas en el país.
Ojalá que la fe de sus antepasados se siga fortaleciendo. Que Dios, nuestro Señor, bendiga al pueblo y al país, de modo que en Liechtenstein sigan reinando la paz y el bienestar.
Como prenda de abundantes gracias divinas, por intercesión de la santísima Virgen María, Madre de Dios, imparto a la familia del príncipe y a todos los habitantes de Liechtenstein mi bendición apostólica.
Vaticano, 12 de julio de 2006