En los últimos años nos hemos acostumbrado a la palabra Ecología. Una palabra que seguramente el pobrecito de Asís no conocía.
Pero él conocía la raíz profunda, el verdadero significado de la ecología. Francisco se convirtió en el primer ser humano preocupado por el equilibrio entre animales, plantas y seres humanos. Fue el primero humano que se concibió a si mismo en relación con todas las cosas creadas; sabía que no importa cuán diferentes seamos, todos somos criaturas de Dios, y la visión fraterna de Francisco no incluía únicamente a los seres humanos, sino a toda la realidad animada e inanimada.
Esta visión de una creación comunitaria expansiva fue capturada poéticamente en su llamado Cántico del Hermano Sol, escrito en el periodo comprendido entre el verano de 1226 y la fecha de su muerte, el 4 de octubre de 1126. La visión de Francisco acerca de cómo todas las criaturas están unidas en un solo coro de alabanza al Creador es el primer poema escrito en italiano y fue considerado por Dante como una de las más grandes obras de la literatura italiana.
El lenguaje de Francisco, mediante el cual llama a cada uno de los elementos de la creación hermano y hermana no es simplemente un exceso poético. El sentía compartir algo con todas las criaturas. Para él, todas las cosas eran hijas de Dios, y como tales, debía respetar su vida, su existencia, pues eran un regalo del Creador sin las cuales el hombre no podía sobrevivir.
Francisco sentía un profundo respeto y admiración por todo lo que hallaba en la naturaleza: desde un simple escarabajo hasta el astro rey. Especial cuidado y respeto le merecían las cosas más pequeñitas. Jamás mataba a un insecto, ni utilizaba de la naturaleza sin necesidad. Al hacer esto, Francisco no glorificaba a las cosas per se, sino a su Creador.
Francisco reconoció que las criaturas de Dios tenían una interdependencia, y que romper los lazos que las unen es una grave falta.
Tal vez en tiempos de Francisco, todas estas ideas sonaban a locura. Sin embargo el Santo se adelantó 800 años. Hoy el mundo está en verdadero peligro: las selvas amazónicas disminuyen cada día, los desechos industriales han dañado severamente a la tierra misma, nuestro uso de substancias químicas mata cada día a mas especies de animales y plantas. Hoy el legado de Francisco puede salvar a nuestro planeta. Su herencia es enseñarnos a amar a todas las cosas, a las piedras, a las montañas, a las flores.
El legado ecologista de San Francisco consiste en enseñarnos que debemos repensar nuestro lugar en el orden creado, de modo que el bienestar humano está integrado en el bienestar de todas las cosas (medio ambiente). Para él, era vital entender la relación entre la humanidad y toda la creación. La visión franciscana ayuda a ver la vida como un gran regalo. Si podemos ser humildes como él, y entender que el mundo no está en nuestro control, tomaremos nuestro lugar como una parte, y solo una parte, de la gran comunidad de la creación.
Soy franciscana de corazón , no concibo la vida sin oler la tierra mojada y el aroma a jara tomillo, piedra llena de musgo , arboleda llena de vida…animales corriendos , ver los roedores cobijándose por las praderas, las tortugas…herizos en los remansos de los arroyuelos.
Allí por la sierra , adornando todo con el trino de los pájaros su color del plumaje variado; en la aurora todo huele a vida ; el amanecer…todo se convierte en en cobalto y bermellón , los pájaros despiertan el aroma de l campo acompaña con armonía.
Soy franciscana de corazón.
Mª Angeles Navacerrada.