Los reclutadores priorizan valores personales que el aspirante puede aportar a la empresa.
Las personas tenemos muchas cualidades, habilidades, capacidades, conocimientos y competencias tanto en lo personal como en lo profesional. Normalmente se suele definir en los perfiles profesionales unas u otras, ya que dependiendo de las funciones a ejercer algunas son más relevantes que el resto. Pero casi todas las empresas piden las mismas cualidades o habilidades que caracterizan un perfil.
Hasta hace unos años, se daba especial importancia al currículo vitae del candidato y a los años de experiencia acumulados en el sector en el que se demandaba el empleo, pero ahora, por el contrario, los reclutadores priorizan valores personales que el aspirante puede aportar a la empresa o al contexto de las organizaciones.
Actualmente, los seleccionadores de personal dan más importancia a los valores personales que el aspirante puede aportar a la empresa que a lo que pone en su currículo. Aunque la formación, los estudios, idiomas y la experiencia profesional son aspectos que siguen siendo necesarios e importantes, no son suficientes. Las empresas han empezado a buscar otro tipo de habilidades en los candidatos que les hagan diferentes.
Las competencias profesionales, conocidas ahora como skills, son las capacidades que tenemos para poner en práctica todos nuestros conocimientos, habilidades y valores en el ámbito profesional. Unas cualidades que en los últimos años han cobrado una especial relevancia en los procesos de selección.
Estos procesos son cada vez más exhaustivos y detallados con el fin de recopilar la mayor cantidad de información sobre los posibles candidatos. Los responsables de recursos humanos han encontrado nuevas metodologías de calidad para determinar cuáles son los puntos fuertes y débiles de cada uno de los perfiles que deseen acceder a un puesto de trabajo.
El objetivo principal es saber cuáles son las habilidades o skills, y así poder encontrar “el mejor talento”.
¿Cuáles son las cualidades y capacidades más solicitadas en el contexto del trabajo?
1. Curiosidad, desarrollo de ideas y capacidad para innovar: Es la habilidad para ofrecer creatividad y originalidad. Un estilo innovador permite pensar en las maneras en las que se puede mejorar en el futuro, tanto personalmente como laboralmente. El desarrollo de nuevas ideas permiten mejorar procesos, proyectos y metodologías de trabajo en situaciones concretas.
2. Productividad y capacidad para trabajar con rigor. Es la capacidad para focalizarse en el aprendizaje para conseguir profundizar y desarrollar conocimientos y habilidades específicas en áreas concretas de la compañía. Esta habilidad también está relacionada con la mejora del propio rendimiento, gestionando adecuadamente el tiempo según las diferentes actividades.
3. Capacidad analítica, pensamiento crítico. Entender y analizar de forma profunda la información que se recibe diariamente. Evaluando problemas, creando argumentos sólidos para presentar puntos de vistas basados en hechos concretos con el fin de tomar decisiones acertadas y positivas para la compañía y para el desarrollo de tus objetivos.
4. Dominios de las nuevas Tecnologías. Hoy cualquier puesto de trabajo requiere un buen uso de la tecnología, ya sea desde navegar por Internet hasta el uso de programas informáticos específicos, generales o las redes sociales. Además algunos expertos consideran que el propio profesional debe preocuparse por crear y gestionar su propia marca personal.
5. Relaciones sociales y capacidad de comunicación. Transmitir información de forma eficaz y comunicar opiniones con seguridad, confianza y convicción. Esto es una habilidad importante, que permite que sean valoradas las opiniones del trabajador e incluso consiga convencer a los demás.
6. Identificación y compromiso con la compañía: Capacidad de compromiso y de involucrarse con las necesidades, principios y objetivos de la organización. Implica una gran vinculación con el proyecto y estar dispuesto a realizar grandes esfuerzos para llegar a los objetivos que plantea la compañía.
7. Inteligencia emocional y trabajo en equipo: Trabajar en colaboración con otras personas hacia un objetivo en común. La idea es que el profesional proponga ideas o ayude a concretarlas, respetando las opiniones de los demás sin necesidad de sobresalir ni de ser el “protagonista”.
8. Saber trabajar bajo presión y capacidad para gestionar el estrés. Trabajar con un alto nivel de presión y responsabilidad. Es la habilidad para enfrentar con determinación los retos y desafíos que impone el trabajo.
9. Capacidad de adaptación o flexibilidad. Las empresas necesitan profesionales que sepan adaptarse y trabajar eficientemente en distintas situaciones, personas o grupos. Personas que sepan aceptar diferentes puntos de vista, cambiar y aceptar fácilmente los cambios en la propia organización, siendo flexibles ante nuevas ideas, cambios y enfoques. En este aspecto también se valora muy positivamente la capacidad de aprender y el interés por reciclarse profesionalmente y llegar a desarrollar una visión global de la empresa.
10. Mentalidad positiva y orientación al logro. Contribuir a la consecución de resultados y a conseguir objetivos. Es el tipo de profesional que probablemente trabaje más duro que muchos otros para cumplir con los objetivos y desarrollar actividades. “Hacer que las cosas sucedan”.
11.Capacidad de tomar decisiones y resolución de problemas: Identificar los problemas, obstáculos u oportunidades que se pueden presentar dentro de una compañía y responder con una acción determinada. Capacidad para evitar problemas o crear oportunidades futuras, con una fuerte resistencia hacia el abandono o frustración. Las empresas buscan reclutar profesionales capaces de resolver problemas de forma rápida.
12. Comportamientos éticos y de responsabilidad. La selva en la que se han convertido algunos centros de trabajo está haciendo que se descuiden los principios morales más básicos. La ultracompetitividad se está imponiendo por encima de la colaboración, lo que puede llevarnos a descuidar los valores éticos. En muchas ocasiones, este ambiente hace que los trabajadores se olviden de que trabajan para una misma empresa, de que tienen unos objetivos comunes y de que son compañeros, en lugar de enemigos. Esta transformación está haciendo que, cada vez más, los responsables de recursos humanos se fijen y valoren los principios morales de los candidatos a la hora de contratarlos, según asegura la directora adjunta de Aol Jobs.
13. Ganas de crecer y apertura mental para aceptar las críticas. La mejor forma de evitar las críticas es escucharlas, reflexionar sobre ellas e introducir los cambios necesarios para que no se vuelvan a repetir. El día a día laboral debe ser un aprendizaje continuo, por lo que es normal cometer errores, e incluso positivo si estos nos ayudan a evolucionar y a aprender.
No cabe duda que hoy día no es la carrera el factor determinante para ser apetecibles en el contexto laboral. El mundo de las organizaciones y del trabajo esta formado por personas. Hoy mas que nunca las relaciones, el modo de ver la vida, de reaccionar, las motivaciones y los valores cuentan mucho más que las meras competencias técnicas. Los perfiles profesionales mas deseados en las empresas coinciden muchas veces con la riqueza de valores que el trabajador puede aportar al lugar de trabajo.
por Javier Fiz Pérez
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