¿Qué tan a menudo piensas sobre tu respiración? Estás respirando justo ahora, incluso si no eres consciente de ello. Para nuestros cuerpos, respirar es necesario. Y para nuestras almas, el Espíritu Santo es necesario. Así como nuestros pulmones respiran aire, nuestra alma respira a Dios. Y necesitamos este aliento de Dios para vivir nuestra vida como cristianos. El Espíritu Santo, el ‘aliento de Dios’ puede parecer vago o ilusorio, pero al considerarlo más, descubrimos que el Espíritu Santo es uno de los secretos para estar plenamente vivo.
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