Amigos, en el corazón de lo que enseña San Ignacio de Loyola en sus “Ejercicios Espirituales” está la idea del desapego. Si vamos a seguir la voluntad de Dios, entonces tenemos que desapegarnos de los bienes del mundo a los que somos adictos. Un principio básico de este desapego es el “agere contra”, que es el latín sencillamente de “actuar en contra”. La idea es simple: si están apegados o son adictos a cierto bien del mundo, entonces lo mejor que pueden hacer es actuar en contrario —presionar, incluso agresivamente, en la dirección opuesta.
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