Se suele decir que Jesús fue juzgado dos veces antes de la condena a muerte. Más bien fue juzgado seis veces, ante personajes bien distintos.
El Inocente comparece ante diversas personas. Anás, Caifás, el Sanedrín, Pilatos, Herodes y las masas representan otras tantas actitudes que condenarán -y serán condenadas- por el verdadero Juez que se presenta despojado de todo poder externo, pero con la verdad y la justicia. Jesús se presenta ahora inerme, sin armas; pero armado sólo con la fuerza de un amor que no va a detenerse ante la injusticia, el odio o la debilidad. Los juicios van a mostrar la verdad de cada uno. Jesús será quien conduzca los diálogos. Calla cuando conviene y habla cuando es necesario. En cada juicio queda claro un aspecto de su identidad y de su misión. Y, por contraste, quedan en evidencia la ambición y la utilización del poder y la avaricia y personales de Anás, o la verdad religiosa de Jesús ante Caifás, la debilidad de Pilatos, la corrupción de Herodes y la furia de las masas.
Reproducido con permiso del Autor,
Enrique Cases, Tres años con Jesús, Ediciones internacionales universitarias
pedidos a eunsa@cin.es
saben, yo tengo 13 a;os y no era muy creyente entonces en mi secundaria me dieron una tarea para buscar informacion sobre la semana santa y la verdad me intereso.
sus temas son muy interesantes,è instrucctivo,alimentan nuestro espiritu y nos dan fuerza,Dios los bendiga y cuide de ustedes,Rosa
La hora del Principe de este Mundo, la llamó Jesús. La misma hora que continua en nuestros días: Jesús se enfrenta ante la fuerza del mal enquistado en el hombre: la ambición del poder,a la riqueza material, la sensualidad del poder, la irracionalidad de las masas, la corrupción del sistema, los maniqueismos del poder, el egolatrismo de los dirigentes, la manipulación de la justicia, la avaricia personal, la sensualidad del confort, el imperio de los sentidos. Todo cuanto hoy vemos en quienes dirigen a nuestro Mundo regido por la fuerza demoniaca del dinero. Aciaga estructura de Muerte que erizada de armas, sigue asesinando pueblos, hombres y a más de dos mil años sigue sin entender a Jesús. Nefasta fuerza que se renueva en cada hombre de nuestros días: Aquel hombre viejo que Jesús nos propone dejemos atrás para nacer al mundo del Amor.