La parábola de los talentos

A todo el que tenga se le dará y abundará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto al siervo inútil, arrojadlo a las tinieblas exteriores: allí será el llanto y el rechinar de dientes»(Mt).

De nuevo la gracia y la libertad entran en juego en ese gran negocio de la salvación. «Es también como un hombre que al marcharse de su tierra llamó a sus servidores y les entregó sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno sólo: a cada uno según su capacidad; y se marchó. El que había recibido cinco talentos fue inmediatamente y se puso a negociar con ellos y llegó a ganar otros cinco. Del mismo modo, el que había recibido dos ganó otros dos. Pero el que había recibido uno fue, cavó en la tierra y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo, regresó el amo de dichos servidores e hizo cuentas con ellos. Llegado el que había recibido los cinco talentos, presentó otros cinco diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste, he aquí otros cinco que he ganado. Le respondió su amo: Muy bien, siervo bueno y fiel; puesto que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho; entra en el gozo de tu señor. Llegado también el que había recibido los dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste, he aquí otros dos que he ganado. Le respondió su amo: Muy bien siervo bueno y fiel; puesto que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra en el gozo de tu señor. Llegado por fin el que había recibido un talento, dijo: Señor, sé que eres hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por eso tuve miedo, fui y escondí tu talento en tierra: aquí tienes lo tuyo. Le respondió su amo, diciendo: Siervo malo y perezoso, sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo de donde no he esparcido; por eso mismo debías haber dado tu dinero a los banqueros, y así, al venir yo, hubiera recibido lo mío junto con los intereses. Por lo tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez.

Porque a todo el que tenga se le dará y abundará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto al siervo inútil, arrojadlo a las tinieblas exteriores: allí será el llanto y el rechinar de dientes»(Mt).

A cada uno según su capacidad. Sólo Dios sabe lo que cada uno ha recibido en inteligencia, carácter, familia, sensibilidad, dones de gracia, amigos. Los que dan frutos con sus talentos muestran la alegría por el bien realizado. El premio es la canonización de su buena acción. Pero el siervo de pocos talentos y perezoso, que no hace nada porque no tiene amor, en lugar de confesar su pecado critica a su Señor por lo poco que ha recibido, por eso es arrojado a las tinieblas exteriores del llanto y rechinar de dientes.

Reproducido con permiso del Autor,
Enrique Cases, Tres años con Jesús, Ediciones internacionales universitarias
pedidos a eunsa@cin.es

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12 comentarios

  1. Hola amigos. Bueno de esta parábola creen que el tema central son los talentos que Dios nos dio? O el tema es temor, miedo y cómo tratarlo ?
    Abrazo!!!

  2. Me pongo nerviosa, pues Dios indudalemente nos ha dado talentos a todos y cómo decubrirlos para hacer buen uso? hay que pedir E.S. DE CLARIDAD,,, de entendimiento,, para saber como quiere Nuestro Dios que los usemos para Gloria de El y Salvación de nuestros prójimos

  3. gracias por hacerme recordar esta parábola de "los talentos"…muy bueno..debemos aplicarlo en nuestras vidas desde el punto de vista positivo…

  4. gracias te damos señor por aprender cada dia mas de tu palabra. gracias por que nos bendices y nos amas.

  5. bueno me parecio bien..pero yo qu tengo 11 años que un resumen no es grande es la idea principal 🙂 peroesta muy bien

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