El orden social se hace abierto y misericordioso, sin afectaciones.
«Decía también al que le había invitado: Cuando des una comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos, no sea que también ellos te devuelvan la invitación y te sirva de recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, llama a pobres, a tullidos, a cojos, y a ciegos; y serás bienaventurado porque no tienen para corresponderte; se te recompensará en la resurrección de los justos» (Lc). Muchas pobrezas son fruto de las mil desgracias de la vida, y aún en el caso de que sean culpables, se debe vivir misericordia con el que padece necesidad. El orden social se hace abierto y misericordioso, sin afectaciones.
«Cuando oyó esto uno de los comensales, le dijo: Bienaventurado el que coma el pan en el Reino de Dios». Pero Jesús le dijo: «Un hombre daba una gran cena, e invitó a muchos. Y envió a su criado a la hora de la cena para decir a los invitados: Venid, pues ya está todo preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero le dijo: He comprado un campo y tengo necesidad de ir a verlo; te ruego que me des por excusado. Y otro dijo: Compré cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlas; te ruego que me des por excusado. Otro dijo: Acabo de casarme, y por eso no puedo ir. Regresó el criado y contó esto a su señor. Entonces, irritado el dueño de la casa, dijo a su criado: Sal ahora mismo a las plazas y calles de la ciudad y trae aquí a los pobres, a los tullidos, a los ciegos y a los cojos. Y el criado dijo: Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio. Entonces dijo el señor a su criado: Sal a los caminos y a los cercados y obliga a entrar, para que se llene mi casa. Os aseguro, pues, que ninguno de aquellos hombres invitados gustará de mi cena»(Lc). Este «oblígalos a entrar» muestra el deseo ardiente de Jesús para que todos puedan gozar de la dicha de la salvación, las bodas eternas con Dios en el cielo y en la tierra. La invitación a todos es clara una vez más, no caben excusas, por muy justificadas que parezcan.
Reproducido con permiso del Autor, Enrique Cases, Tres años con Jesús, Ediciones internacionales universitarias
pedidos a eunsa@cin.es
muuy buena reflexion los felicito, ojala nosotros dieramos un poguito de tanto que el senor nos regala. poco a poco iremos reformando esto. bendiciones para todos por este bello ministerio.
DIOS ESTA EN LOS MAS NECESITADOS, Y LA MANERA DE AGRACER A DIOS CUANDO TODO SE TIENE ES OFRECER APOYO AL QUE MENOS TIENE Y ASI LOGRAREMOS TENER MAS BENDICIONES DE NUESTRO DIOS, Y ESO ES VERDAD PUES EN MI VIDA YA YA SE HA MANIFESTADO EL AMOR DE DIOS.
Creo ante todas las adversidades Sociales,Religiosas y ateas, con este acto el de invitar hasta al mendígo, estamos cumpliendo con la misericordia de nuestro Señor Jesucristo.
Creo ante todas las adversidades Sociales,Religiosas y ateas, con este acto el de invitar hasta al mendígo, estamos cumpliendo con la misericordia de nuestro Señor Jesucristo.
Creo ante todas las adversidades Sociales,Religiosas y ateas, con este acto el de invitar hasta al mendígo, estamos cumpliendo con la misericordia de nuestro Señor Jesucristo.