Milagros Médicos: Cada esfuerzo, un progreso

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Cada día un avance, la medicina camina a pasos

La ciencia ha dado un paso muy grande, se ha producido un milagro más. En una operación de más de 20 horas, más de 50 médicos cirujanos del Hospital Infantil Mattel, de la Universidad de California en Los Angeles, encabezados por el médico mexicano- argentino Lazareff, lograron separar con éxito a las siamesas guatemaltecas de un año que estaban unidas por la parte superior de la cabeza.

Se calcula que el costo de la intervención quirúrgica, practicada en el hospital infantil Mattel de UCLA, fue entre 1 y 1.5 millones de dólares, y fue sufragado por la “Organización Sanando a los Niños”.

Un caso extraño

Los casos de siameses ocurren en uno de cada 200 mil nacimientos, pero los que están unidos por la cabeza, conocidos como gemelos craneópagos, sólo constituyen el dos por ciento.

De los 40 o 50 casos registrados de craneópagos, sólo 15 por ciento sobrevivió hasta los cinco años y sólo un par alcanzó la edad adulta, informó Moise Danielpour, director de la unidad de neurocirugía pediátrica del Instituto de Neurocirugía Cedars-Sinai Maxine Dunitz, en Los Angeles. Así mismo, afirmó que “estos niños mueren casi siempre muy pronto porque los órganos de uno de los gemelos, como el corazón y los riñones, desempeñan la mayor parte del trabajo y una vez que empiezan a fallar, ambos gemelos mueren”.

Danielpour dijo que los avances técnicos en los últimos 10 o 15 años en el campo de la imagenología, los servicios preoperatorios y las técnicas quirúrgicas han incrementado las posibilidades de éxito en la separación de siameses de un 25 a un 65 por ciento.

Pero cuando hay que separar vasos sanguíneos cerca del cerebro, como en este caso, el riesgo siempre es alto, añadiendo la gran pérdida de sangre y las posibles complicaciones, explicó.

Ningún obstáculo es demasiado alto

El anterior es solo un ejemplo de lo que ahora el hombre a través del ejercicio de la ciencia médica es capaz de hacer. Ni el dinero (que no es cualquier suma), ni el cansancio físico de los doctores (al estar más de 20 horas en quirófano), ni la peligrosa y delicada intervención (siamesas unidas por la parte superior de la cabeza), ni el riesgo (de que el pronóstico no resultara positivo) detuvieron o minaron la determinación de hacer lo más posible a favor de estas chiquitas que nacieron con tal defecto físico.

Y es que los médicos son participantes directos del Creador, puesto que tienen en sus manos la vida de todos nosotros, cuando padecemos alguna dolencia o afección en la salud al menos a nivel físico; ya que gracias a sus conocimientos, esfuerzos, luchas y sacrificios han podido devolvernos la salud, incluso prever algunas enfermedades y en muchas ocasiones mejorar la vida física y con ella la emocional y espiritual.

A pesar de todos los sacrificios, no es suficiente el esfuerzo ni nunca lo será, pues en el campo de la ciencia y específicamente de la ciencia médica siempre hay nuevos retos que alcanzar en materia de la salud y calidad de vida humana. Además el científico es un hombre y como tal es imperfecto y poseedor de muchas tentaciones que se presentan a su alrededor, la más peligrosa y cercana “querer ser como Dios”, creerse no como participante del cuidado de la Creación, sino creerse el Dueño y Señor de la Creación.

Es preciso pues tener cuidado ya que no todo esfuerzo lleva intenciones, objetos, medios y finalidades rectas.

La ciencia ha de estar al servicio del hombre.

«Tanto la investigación científica de base como la investigación aplicada constituyen una expresión significativa del dominio del hombre sobre la creación. La ciencia y la técnica son recursos preciosos cuando son puestos al servicio del hombre y promueven su desarrollo integral en beneficio de todos; sin embargo, por sí solas no pueden indicar el sentido de la existencia y del progreso humano. La ciencia y la técnica están ordenadas al hombre que les ha dado origen y crecimiento; tienen por tanto en la persona y en sus valores morales el sentido de su finalidad y la conciencia de sus límites.» Catecismo de la Iglesia Católica, No. 2293.

“La ciencia y la técnica requieren por su significación intrínseca el respeto incondicionado de los criterios fundamentales de la moralidad; deben estar al servicio de la persona humana, de sus derechos inalienables, de su bien verdadero e integral, conforme al designio y la voluntad de Dios.» Catecismo de la Iglesia Católica, No. 2294.

La ciencia médica no es sencilla y menos en la práctica pues además de lo complejo del cuerpo humano cada ser humano y cada caso es distinto. Por lo que el profesional en medicina ha de recurrir no solo a los libros que enseñan la verdad en cuanto a los procesos físicos y biológicos del hombre; sino ha de procurar ir a la fuente de vida no solo física, sino espiritual que es Dios. La guía ha de ser la Verdad, la Luz, el Amor, la Misericordia, el Respeto a la Dignidad de cada persona humana.

Fe y ciencia

“A pesar de que la fe esté por encima de la razón, jamás puede haber desacuerdo entre ellas. Puesto que el mismo Dios que revela los misterios y comunica la fe ha hecho descender en el espíritu humano la luz de la razón, Dios no podría negarse a sí mismo ni lo verdadero contradecir jamás a lo verdadero». «Por eso, la investigación metódica en todas las disciplinas, si se procede de un modo realmente científico y según las normas morales, nunca estará realmente en oposición con la fe, porque las realidades profanas y las realidades de fe tienen su origen en el mismo Dios. Más aún, quien con espíritu humilde y ánimo constante se esfuerza por escrutar lo escondido de las cosas, aun sin saberlo, está como guiado por la mano de Dios, que, sosteniendo todas las cosas, hace que sean lo que son.» Gaudium et Spes No. 36, 2.

Así quien apegado a la Verdad, tiene el llamado de curar y salvaguardar vidas, tendrá la certeza de recorrer el camino correcto en cada caso y es y será siempre capaz de realizar invaluables esfuerzos como los realizados ante el caso de las siamesas expuesto anteriormente, pues lo que lo moverá a actuar será el amor por el ser humano, el alivio del dolor y la mejora en la calidad de vida.

Trabajar como si todo dependiera del hombre y orar como si todo dependiera de Dios

Dos chiquitas, María de Jesús y María Teresa son los nombres de las niñas que tenían un futuro muy inseguro y poco viable; ahora sus posibilidades de crecer en edad, sabiduría y gracia han crecido indefinidamente; los médicos han hecho lo posible y lo seguirán haciendo porque las niñas físicamente se desarrollen adecuadamente; Dios ha concedido mucho, lo humanamente posible se está haciendo, ahora no queda más que orar, orar, orar.

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4 comentarios

  1. mi hija tiene 15 años y esta embarazada y trae gemelos siameses unidos por el vientre yo no se porque pero quisiera ayuda de alguna institucion para poder hacer algo no tengo recursos economicos pero amo a mi hija ella tiene 19 semanas de gestacion y me comentan que se puede hacer algo en verdad si reciben este mensaje les suplico que me ayuden muchas gracias que dios los bediga

  2. Muy interesante el articulo de los milagros médicos; quiero comentarles también que mi hija Marianita que ahora tiene 9 años, fue curada en una Eucaristia por el Médico de médicos Jesús de Nazareth, ahora mi hija es una gran deportista; este testimonio me hizo saber que Dios esta Vivo y sigue haciendo milagrosJorge Celis (Colombia)

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