Ser abuelos es una condición muy especial que genera mucha felicidad. Los abuelos saben cómo hacer que sus nietos se sientan especiales y al mismo tiempo, les enseñan muchas cosas a través de cuentos, anécdotas de cómo era el mundo antes comparado con el actual.
Ser abuelos es darse cuenta de que ese es el lugar para ocupar y no el de reemplazar a los padres ya que no sólo es una nueva experiencia sino una completamente distinta.
Muchas veces se recuperan las sensaciones de la maternidad y paternidad pero debemos tener presente que los padres son los padres, y los abuelos, abuelos; esto es algo que no se debe olvidar.
“Los nietos son la corona de los ancianos, Y los padres son la honra de los hijos.” (Proverbios 17,6)
Es importante respetar la educación que los hijos están dando a sus hijos, tus nietos, no tratar de cambiar las normas establecidas en sus hogares, es lo ideal para mantener la armonía entre padres, abuelos y nietos.
Los abuelos están para brindar un amor incondicional ayudando a los niños a sentirse amados, seguros y especiales para que tengan una vida más feliz y larga.
«En los ancianos está la sabiduría, y en la duración de los días está la inteligencia.” (Job 12,12-15)
Escuchar activamente permite conocer los gustos y necesidades de los nietos, disfrutar más del tiempo compartiendo con ellos, acompañándolos y estar ahí para lo que los nietos necesiten, sin imponer, juzgar o querer hacer todo a tu manera.
No hay nada prohibido, siempre y cuando sea bueno y se haga con amor y buenas intenciones, recordando que hay algunos límites que como abuelos no deben traspasarse por respeto a lo que los padres están enseñándoles en sus hogares.
Aceptar si los nietos dicen “no gracias”, manifestando que no desean algo, no insistir, eso evita que se alejen o se cohíban, inclusive cuidarse de no hacer que sientan que están desilusionando a los abuelos por no complacerlos en lo que les piden.
Los abuelos son guardianes de nuestra historia familiar manteniendo vivas las tradiciones y a la vez, son portadores de sabiduría y amor incondicional. Su presencia y experiencias son incalculables, y es fundamental que siempre estén cerca de ellos sin imponer sus propios criterios.
Es muy hermoso ver el trascender de los esposos como abuelos, el amor y legado que han construido juntos; agradecer a Dios el gran regalo de ser abuelos y la gran oportunidad de poder ser un poco niños y un poco abuelos, sin temor a no educarlos y dedicarse a amarlos es el tesoro más grande que se puede experimentar.
Aun en su vejez darán frutos y se mantendrán sanos y vigorosos para anunciar que el Señor es mi fortaleza, y que él es recto y en él no hay injusticia. (Salmos 92,14-15)
Por Luce Bustillo Schott