Sínodo Digital | Intervención de José Manuel de Urquidi

El sínodo de la sinodalidad no se vive únicamente en las parroquias, capillas y movimientos eclesiásticos de manera presencial. Por deseo del Santo Padre, también se recorre este camino en los areópagos digitales, para que nadie quede excluido. Esta realidad se denomina “Sínodo Digital”.

Con el apoyo del Dicasterio para la Comunicación, se constituyó una red de evangelizadores e influencers católicos de los cinco continentes.

Su experiencia, sus aprendizajes y sus anhelos han llegado a los trabajos de los obispos, laicos, laicas, religiosos, religiosas en la XVI Asamblea General Ordinaria reunidos en el Aula Pablo VI, en la VIII Congregación General efectuada el viernes 13 de octubre.

Presentamos la intervención de José Manuel de Urquidi.

En el mundo digital, explicó José Manuel de Urquidi, “necesitamos saber dónde están las trampas y trucos”. Un territorio al que nos conduce “el mismo Espíritu que a través de este sínodo nos invita a abrazar la misión a esta nueva Galilea”. Para ello se hace necesaria “la escucha humilde, el acompañamiento y el diálogo, además de un buen conocimiento del tesoro de nuestra fe, que nos permiten entrar en diálogo con una población que con dificultad se ve en las iglesias”

Urquidi dijo que “han podido entrar en diálogo con una población que casi no se ve en los templos, los que tienen entre 18 y 40 años, que creen “sin pertenecer”, los alejados y enajenados, que se fueron de la Iglesia heridos por tantas discriminaciones “o se aburrieron de nuestras prédicas o no entendieron nuestro lenguaje” o quizá nunca pisaron un recinto sagrado”.

Esas personas “siguen buscando. Viven gran parte de sus horas en redes, porque ahí están ‘parcialmente escondidos’. Su anonimato les permitió superar vergüenzas y distancias, o simplemente poder preguntar. Entrar en diálogo con ellos requiere tiempo, paciencia, y mucho amor”.

El ambiente digital es “un territorio idóneo para una iglesia sinodal misionera en la que todos los bautizados asumen corresponsabilidad por evangelizar”, aun cuando “en las redes todo es provisorio, fluido, incompleto”.

“Para misionar en los espacios digitales no importa si eres sacerdote o laico, hombre o mujer, joven o adulto: de los 250 evangelizadores en la primera etapa 63% son laicos, 27% sacerdotes, y 10% religiosos y religiosa”, dijo. Lo más importante es la capacidad propia de escucha y diálogo, según Urquidi, pues lo que sorprende es “la confianza que se tiene en la persona, la palabra y el testimonio”.

“La nueva Galilea del ambiente digital es un territorio idóneo para una iglesia sinodal misionera en la que todos los bautizados asumen corresponsabilidad por evangelizar”.

“Y ahí lo que ofrecemos no es la fachada de una gran basílica histórica sino el rostro misericordioso, que intenta comprender el lenguaje para trasmitir una Vida. Y desde ese encuentro primario, muchos luego encuentran el coraje y deseo de entrar en la Basílica”.

Urquidi invitó a soñar juntos que algún día todas las diócesis tengan sus equipos de misioneros digitales enviados por sus obispos “y que el ministerio de la escucha digital para encontrar el hermano que sufre sea parte normal de la vida de la Iglesia”.

José Manuel de Urquidi, fundador de: JDN, Juan Diego Network 

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