La crioconservación de embriones
Una vida humana, una vez originada, debe seguir su curso natural, que nadie puede interrumpir ni suspender. La continuidad temporal e histórica es un bien intrínseco a la vida humana, propia de la persona, y un derecho
Ramón Lucas Lucas, L. C.,
Miembro de la Academia Pontificia para la Vida
Profesor de Antropología Filosófica y Bioética en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma
Una interferencia abusiva
Circunscribiendo la reflexión a la crío conservación de embriones, quiero hacer algunas observaciones que clarifiquen el estado de la situación, y coloquen la propuesta de modificación de la Ley sobre técnicas de reproducción asistida en su justa perspectiva.
La crío conservación es una suspensión del desarrollo embrionario. Mediante congelación en nitrógeno líquido, individuos humanos generados son conservados a temperaturas muy bajas en una inmovilidad biológica. Esto constituye una interferencia abusiva sobre el ciclo vital. Una vida humana, una vez originada, debe seguir su curso natural, que nadie puede interrumpir ni suspender. La continuidad temporal e histórica es un bien intrínseco a la vida humana, propia de la persona, y un derecho. La edad es más que una connotación temporal: es una coordenada de la vida personal que la identifica en la condición corpórea (espacio-temporal). Alterarla, provocando un vacío de tiempo en la existencia de una persona, es un arbitrio y una imposición. Detener el ciclo vital de un embrión humano es expresión de voluntad de poder, con el que unos poderosos deciden sobre otros, débiles e indefensos. La crío conservación no interrumpe la vida: ésta está allí –congelada, depositada– como un producto de consumo, al lado de muchos otros, preparada para cuando haga falta. Su dignidad se reduce al valor de uso, sujeto también a caducidad, desde el momento que nadie puede garantizar la integridad física y la misma vitalidad de un embrión congelado, a causa de los tiempos y de las modalidades de congelación. Así al poder le sucede la violencia con que éste se libera de vidas caducas, inservibles, o inviables.
Descongelación de embriones
Creo que, para poder hacer un juicio ético equilibrado, hay que distinguir bien los actos humanos. Un acto es la crío conservación otro acto distinto del anterior es la descongelación. Este segundo acto –independiente del primero puede ser negativo como el primero si se hace para manipular o eliminar al embrión; será, por el contrario, positivo si se hace para devolverle su estado normal de desarrollo en el útero materno. Frente a la falta de un útero materno, la permanencia en estado de crío conservación parece la única alternativa para preservar el bien primario que es la vida del embrión.
En la adopción de embriones, también hay que distinguir bien los actos que el hombre realiza: uno es la crío conservación; otro, el abandono por parte de los padres naturales; otro, la posible adopción por parte de los padres que libremente lo soliciten.
Cada uno de los tres actos es independiente de los otros. El criterio que rige es el bien primario y principal: la vida del embrión. A dos actos ya negativos en sí (crío conservación y abandono), no se puede impedir que siga uno positivo, ni se le puede a éste último atribuir el carácter negativo, por el hecho de que los otros lo sean. Cierto que a nadie se le puede imponer la adopción, pero tampoco impedir. Tampoco este acto de amor adoptivo implica justificación de los actos negativos anteriores; es diferente de ellos y se hace como medio extremo para salvar el bien principal: la vida de un ser humano. Del mismo modo que la adopción de adulto no justifica el abandono hecho por los padres, ni tampoco una desestima de la maternidad natural, tampoco en el caso de la adopción de embriones.
La adopción no parece una solución práctica del problema de los miles de embriones congelados. De hecho, no se puede obligar a nadie a adoptar embriones congelados; algunos embriones quedarían congelados y seguiríamos sin saber qué hacer con ellos. Todo esto es verdad y muestra el callejón sin salida al que lleva la crío conservación. Pero también aquí hay que distinguir lo práctico de lo ético. Evidentemente, hay que buscar una solución para todos los embriones congelados. Pero, puesto que el mal ya está hecho, cualquier solución comporta riesgos negativos. Se trata de ver cuál, de todas las posibles, es la menos mala. Y habrá que ponerla tanto cuanto sea posible. Y cuando no sea posible dar esa solución, buscar la siguiente menos mala. Por otra parte, el no poder resolver el problema por completo no implica que no se pueda hacer, y debe hacerse lo posible para resolver, al menos, parte del problema. Una cosa es ser la única solución aceptable y otra ser la menos mala. Si partimos de que el mal está ya dado, ninguna solución es aceptable como buena, sino como mal menor.
Lo práctico… y lo ético
Creo que es desde esta perspectiva, desde donde hay que ver el proyecto de ley que el Gobierno quiere aprobar. Es loable la intención de reducir el daño y de dar solución práctica a un problema grave. Aunque tardío, hay que apreciar el esfuerzo por dar solución a situaciones de inseguridad jurídica y a problemas de un calado ético y sanitario considerable, causados por la ley 35/1988. Es, finalmente, de alabar que se intervenga de un modo que, en la situación nacional actual, quizás sea la única manera concreta de intervenir. Pero no se engañe el Gobierno: los ciudadanos y los electores nos damos cuenta de lo que es práctico y de lo que es ético. El ideal ético es el respeto a todos nuestros semejantes y la no-experimentación con ellos. Aunque sea por etapas, hacia ahí hay que caminar. En la etapa actual, la no-experimentación debería quedar garantizada, tanto más, cuando la ciencia nos ofrece hoy alternativas válidas para lograr los resultados terapéuticos que se pretenden mediante la experimentación con embriones.
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Creo que el problema ético de saber si se hace el procedimiento o no, es el mismo problema que el aborto. Siempre existirán personas que estén de acuerdo con acabar con una vida humana que todavía no comienza, así como otras personas se encuentran en la postura de «no hay que jugar a ser Dios y crear una vida humana mediante una implantación».
Considero que es un tema de gran controversia en nuestros días, desafortunadamente a veces el hombre en aras de solucionar problemas de unos cuantos, que en muchas ocasiones son los que cuentan con capital económico, se descuide los aspectos o las bases fundamentales de una sociedad como lo es la dignidad del hombre.
Creo firmemente que existen otras opciones para solucionar el problema de no tener hijos por parte de algunas parejas, sin la necesidad de estar jugando con la dignidad e inclusive con las personas mismas.
Un tema complicado, sin embargo a lo que hay que ponerle énfasis es al respetar la vida humana y como bien lo menciona el texto, el no experimentar ni jugar con la vida de esos embriones, el problema de la congelación ya esta hecho, ahora, hay que buscar soluciones que posiblemente no hagan de esto una mejor practica pero si en algo mejoraría.
Es un tema sumamente complicado, aunque, en opinión personal, me parece que en ningún momento se deber de atentar contra la integridad de nungún ser humano, el embrión ya lo es, y como tal, tiene los mismos derechos que cualquier otro ser humano. Es triste saber que laboratorio siguen hoy en día con prácticas totalmente aberrantes en contra del ser humano.
La familia es el núcleo de la sociedad, y muchas veces es la única forma de que sea posible que una pareja sea bendecida con un hijo, creo que es un tema delicado, que no se debe juzgar, nunca sabrás como actuarías en una situación así, sino cuando te encuentras en esa realidad.
Me parece que es un tema difícil de tratar sin embargo utilizado de una buena forma creo que puede ayudar a mucha gente a formar una familia
Es un tema miuy delicado y en mi opinión la sociedad actual todavía no esta preparada para este tipo de avances, sin embargo no dudo que sean soluciones que a muchas personas les puede cambiar la vida.
En mi opinión este es un problema social que si vive con las nuevas formas de tecnología y de innovación de la ciencia moderna, no creo que se tenga que mezclar con la religión porque es un mero tema médico, científico y legal, que evidentemente tiene que estar legislado y regulado para evitar un descontrol social y tener bien marcados los límites de hasta donde puede llegar la ciencia.
Este es un tema muy complicado por que hay que considerar aspectos científicos, éticos y jurídicos, que la mayoría de las veces no van a coincidir.
Entiendo y comprendo que se intente proteger al embrión de la experimentación y su eliminación, pero no termino de entender porqué está mal congelar un embrión.
Estoy convencido de que existen medios mas factible y viables de solucionar el problema de que una mujer no pueda tener hijos.
Se me hace un acto de egoismo el tratar con medios que no son los naturales para procrear a un hijo.
Adoptar un hijo que necesita cariño y que no tiene padres, me parece que seria mas pertinente.
Es el problema ético que nunca acabará.
Aunque las soluciones que se dan a este problema para algunos no son las mas convenientes, debemos reconocer que se esta intentando hacer algo para tratar esta situación.
siempre es bueno dar soluciones a situaciones como esta que es bastante comun hoy en dia aunque sabemos que no siempre van a estar bien vistas por algunos.
a todas las soluciones que se presenten se les encontrará un error en cuanto a lo religioso o lo etico y siempre habrá quien vea mal los intentos de ciertas personas o cientificos de hacer el bien.