La Paz: Entrevistas

Conversando sobre la paz con Feizi Milani Feizi Milani, brasileño es Licenciado en Medicina por la Universidad Federal de Alagoas (1988) y experto en Sicología adolescente. Ha sido a esta franja de edad a la que ha dedicado la mayor parte de su trabajo profesional. Fundador y director del Instituto Nacional por la Paz y los Derechos Humanos de Brasil (INPAZ) y actualmente asesor técnico del Área de Salud de Adolescentes y Jóvenes del Ministerio de Salud de Brasil.

Tenemos una imagen de Brasil estereotipada en el fútbol, el carnaval, la pobreza y la violencia. ¿El país que usted representa es tan violento como nos enseñan?

–Durante las últimas décadas las muertes por violencia en Brasil han aumentado, sobre todo las que acaban con el resultado de muerte. Este incremento se ha producido de forma concentrada entre los jóvenes de entre 15 y 24 años. Esto ha llevado a las instituciones y a algunas entidades a iniciar un debate sobre lo que se puede hacer para mejorar la situación. Del mismo fenómeno derivan dos consecuencias: el aumento de la violencia y el aumento de las experiencias sociales y culturales que tienen como finalidad la mejora de la situación, como por ejemplo, incrementar la protección de la ciudadanía y la salud de los adolescentes. Académicamente, esta segunda consecuencia del problema todavía no se ha tratado. Los expertos sólo se preocupan por detectar los orígenes del problema, recoger datos y diagnosticar el fenómeno de la violencia. Pero por encima de las estadísticas, hay que pensar como eliminar esta violencia.

Su tesis doctoral ha sido una importante contribución a esta reflexión.

–Sí. La tesis que recientemente he presentado a la Universidad Federal de Bahía ha sido la primera tentativa de abrir un camino hacía esta nueva reflexión y la he propuesto con la intención de presionar a los expertos. La tesis se basa en un estudio de tres programas educativos pensados para prevenir la violencia, promover la cultura de la paz y terminar con los comportamientos violentos entre los adolescentes. Este trabajo recoge las estrategias que deberíamos aplicar para prevenir la violencia.

¿ Y la conclusión?

-Cuando el gobierno y la sociedad del Brasil empezaron a reaccionar para acabar con la violencia, las primeras propuestas tenían un único enfoque, "el combate". Pero la palabra combate también tiene connotaciones violentas. ¡Todo un error! Sólo podemos hablar de combate cuando se trata de acabar con el crimen organizado, pero no cuando hablamos de violencia social o intrafamiliar. Después, pasados unos años, empezamos a hablar de "prevención" de la violencia. Este concepto también lo pongo en duda, porqué creo que sólo podemos prevenir algún tipo de violencia, por ejemplo, las muertes por armas de fuego. En cambio, no podemos prever la violencia estructural. Por ello, en mi tesis propongo hablar de "promoción" de la cultura de la paz, un término más amplio que también incluye la prevención de la violencia. No es sólo una cuestión semántica, esta diferencia incluye términos más profundos.

Como por ejemplo…

-Cuando hablamos de prevención de la violencia mucha gente no se siente interpelada. Se piensan que este sólo es un problema de la policía o de los educadores. En cambio, cuando hablamos de promoción de la cultura de la paz sí se autoincluyen muchos más actores sociales. Por otro lado, en Brasil, cuando hablamos de prevención de la violencia sólo pensamos en programas para colegios públicos de chicos pobres, ya que partimos de la idea que los pobres son los violentos. En cambio, cuando decimos cultura de paz no nos dirigimos a ningún público específico, toda la ciudadanía es interpelada. Además, el discurso de la promoción de la cultura de la paz nos reta a trabajar en dos niveles. Un nivel micro, en el que trabajamos los valores personales, la convivencia y la paz más íntima. Y, otro macro, en que intentamos eliminar los problemas globales de la sociedad brasileña.

¿Cuál de estos cambios debería ser primero?

-Debemos primero promover el cambio en las personas, porque ellas forman parte de las estructuras. Con proyectos de promoción de la paz como los que estudié, muchos jóvenes han descubierto que aquello más importante son las personas y no la banda a la que pertenecen. Todos formamos parte de una misma familia humana. Las diferencias son artificiales.

¿Cómo reaccionan los habitantes de las favelas, todos con problemas de supervivencia, cuando se les habla de paz?

–Fueron los mismos adolescentes de estos barrios quienes pidieron trabajar el tema de la paz. La violencia está tan presente en sus vidas que ellos mismos tienen la necesidad de hablar del tema y hacer alguna cosa para cambiar su situación. En este caso, el trabajo se ha realizado de dentro hacia fuera. No es cierta la teoría de que primero se deben llenar las barrigas para después conversar de paz. Es más, algunas veces, a nivel mundial, la paz debería ser previa a la anulación de las diferencias.

¿Qué concepto tienen los brasileños de la paz?

–Mucha gente de Brasil asimila la paz con poder salir por la calle sin correr ningún tipo de peligro. Muchas entidades no van más lejos de esta paz. También hay quien piensa que una paloma blanca nos traerá la paz sin hacer nada. Pues no, la cultura de la paz la tenemos que construir entre todos y la hemos de entender como un fenómeno siempre dinámico.

¿Concretamente, qué trabajos realiza el INPAZ?

-El instituto lleva a cabo diferentes proyectos: coordina cursos de capacitación para profesores, potencia la educación de padres e hijos, dirige grupos de reflexión, edita libros y artículos pedagógicos… Estas publicaciones son muy importantes porque hasta ahora en el Brasil sólo había panfletos sobre la paz, pero no obras interesantes sobre la cultura de la paz. Estábamos anclados en la banalización de la paz. Nos llenábamos la boca hablando de paz, pero después nos limitábamos a organizar un carnaval y un concierto.

Entrevista elaborada por los redactores de la Hoja Informativa de la Carta de la Paz.

Enero de 2005

http://www.cartadelapaz.org