Si tienes un sueño… ¡Trabájalo!, porque sin duda al poner tu empeño en ello conseguirás eso que sueñas.
Cuando se es joven, especialmente entre los 13 y 17 años de edad, hay que empezar a pensar seriamente en que es lo querrás hacer con tu vida en el futuro. Este es la edad de los complejos físicos, algunas somos muy tímidas y otras ¡Extremadamente extrovertidas! Pero cada una, sin duda alguna, se perfila potencialmente hacia la conquista de lo que será su mañana.
Y tú, amiga mía ¿Sabes lo que quieres para tu vida? Ya sé que me vas a decir que quieres conocer el amor, saber lo que es el romanticismo y amar apasionadamente. Eso está bien, pero a su tiempo, además sólo será una parte de tu realidad. La otra, es, tu propio desarrollo como persona y mujer que eres.
¿Qué quieres ver realizado en tú vida cuándo tengas 25 años?
¿Cómo te ves? ¿Cómo te piensas? ¿Hacia dónde te proyectas? Es importante que desde ya, empieces a desarrollar en ti el hábito de pensar. Cuando pensamos, estamos entrando dentro de nosotros mismos y sobre todo, haciendo uso de esa cualidad que nos distingue de los animales y las plantas; somos los únicos seres de la creación con capacidad de decidir y trabajar nuestros propios sueños. Por lo mismo piensa en:
1. Educar tu corazón
El corazón es en dónde descansa la verdadera personalidad del hombre. Es ahí dónde nacen los deseos de hacer algo por los demás, así como lo hizo Juana de Arco, al liberar a Francia. Es en el corazón mismo en donde abrigamos la generosidad y aprendemos a amar. Pero también, es el corazón donde se alojan los obstáculos como la envidia, el orgullo, la vanidad , el miedo y el rencor. Por todo esto, es que constantemente debes estar atenta a lo que está sucediendo en su interior. Por ejemplo:
¿Cómo pones los límites ante una discusión con tu mamá? ¿Dejas que el enojo hacia ella crezca, porque no te dio un permiso para ir a una fiesta, a medida que pasa el tiempo? ¿Cómo te controlas al no sentirte aceptada en un grupo? ¿Te juras a ti misma que “ya sabrán quien eres tú” o al contrario, dejas que el sentimiento de inferioridad te invada? ¿Sabías que debes marcar límites en tu corazón para que te vaya bien en las relaciones humanas con los demás.
2. Educar tu carácter
¿Has visto alguna vez a una mujer perder el control de sí misma ante una pelea acalorada? ¿Te has topado con la clásica dama que proclama ser impaciente? ¿Y qué me dices de las que no pueden controlar la lengua para criticar a los demás? ¿Serán muestras de tener carácter? ¿Será que así son y no pueden mejorar? Tú, como joven que se abre a la vida, debes tener desde ya, propósitos concretos que te lleven a tener una personalidad con mucho aplomo y control de las propias emociones. Una joven descontrolada, que estalla en llanto ante el menor contratiempo espanta a los que están cerca de ella. Y si es un hombre, todavía más. ¡Ellos nos saben qué hacer con una mujer llorona! Te pido que reflexiones y si es posible, copia el siguiente pensamiento en una hoja que puedas poner pegada en el espejo de tu tocador, con el objeto de analizarla todos los días, hasta que puedas hacerlo vida en ti: “Vigila tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras. Escoge tus palabras porque ellas se convierten en tus acciones. Vigila tus acciones, porque ellos se convierten en tus hábitos. Estudia tus hábitos porque ellos configuran tu carácter. Desarrolla tu carácter porque él representa tu destino”. Piénsalo.
3. Leer a Ana Frank
Cuando tenía 15 años alguien me regaló el Diario de Ana Frank, la niña alemana que murió en los campos de concentración nazi entre 1944 y 1945. Recuerdo que su lectura ¡Me impresiono muchísimo! Ana Frank tenía sólo quince años cuando murió, pero su mensaje de amor, solidaridad y coraje, sigue siendo leído por millones de personas alrededor del mundo. Es importante que leamos el diario de Ana, su historia personal que empezó a escribir cuando tenía 13 años. Léelo para saber como debe ser el corazón, los sentimientos y el visualizar un futuro cuando se es joven. También es importante que la leamos, porque es la mente de una jovencita, que a pesar de sus circunstancias, escogió abrigar no dar paso al rencor, odio o tristeza, ¡Mucho menos pensaba en complejos! Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia y Fundadora de Las Carmelitas Descalzas, llamaba a la mente, “la loca de la casa”, porque nuestra imaginación, así como nos sirve para ser creativas y hacer estrategias para conquistar a alguien, así también muchas veces, nos lleva a estar demasiado pendientes de nosotras mismas, hasta el punto de convertirnos en nuestras propias enemigas al empezar a alimentar pensamientos de derrota, tristeza o afirmaciones que no somos lo suficientemente hermosas, populares o inteligentes. Ten cuidado y empieza a llevar un diario como lo hizo Ana Frank en donde irás dejando plasmada tu propia biografía. Procura que está sea positiva y esté escrita con lo mejor que posee tu corazón. Tal vez cuando te conviertas en madre, tu primera lectora será tu propia hija.
Querida joven, comienza por soñar con ser una mujer que se distingue entre la masa.
Sueña con ser ante todo, una mujer de carácter, que sabe lo que quiere; con un corazón recto, que se sabe el humanizador de la sociedad; con una mirada clara, que le permite ver más allá; y con unos objetivos claros. Trata de darle la mejor forma que se pueda al mundo en el que vives a través de tu constante desarrollo. Con tu puedo y mi quiero, ¡Lo lograremos!
Sheila Morataya
Austin, TX
www.sheilamorataya.com
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Sheila Morataya es la Editora de la sesión de la mujer desde la creación de encuentra.com Es psicoterapeuta, coach de vida y talento para la radio y la televisión en los Estados Unidos. Actualmente es Productora Ejecutiva para Relevant Radio en español en los Estados Unidos. Autora de 6 libros entre ellos «El espejo: ámate tal como eres».
Cuando no está trabajando puedes encontrarla sembrando flores, dando clases de desarrollo personal a jovencitas o cocinando para su familia. Puedes escribirle a sheila@sheilamorataya.com