“¡Nos vemos nuevamente aquí en 2017!” Esa fue la promesa del Papa Francisco en sus palabras a los peregrinos del Santuario Nacional de Aparecida, después de la Misa de hoy que él mismo presidió. Las palabras comprometidas del Santo Padre tomaron a todos por sorpresa, inclusive al arzobispo de Aparecida, Cardenal Don Raymundo Damasceno, que dijo algo como “lo voy a recordar”, al acoger con alegría las palabras del pontífice.
En 2017, será la celebración de los 300 años del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora de Aparecida, en el río Paraíba, por tres pescadores. La fiesta será al unísono con el Santuario de Fátima, que celebra los 100 años de las apariciones de María.
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Los jóvenes y el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ Rio 2013) fueron las principales intenciones de la celebración eucarística presidida por el Papa Francisco en Aparecida (São Paulo). Entre 1,100 y 1,200 sacerdotes y obispos co-celebraron con el Santo Padre, según los datos del Santuario de Aparecida. Antes de llegar al Santuario Nacional de Aparecida, el Papa realizó un recorrido en el papamóvil.
Visiblemente emocionado, el Santo Padre hizo una oración al llegar al Santuario antes del inicio de la misa: “Madre Aparecida, pongo en vuestras manos mi vida. Lleva la juventud y a la Jornada Mundial de la Juventud al Padre”. Durante la homilía, en más de una ocasión el Papa Francisco enalteció a María Santísima. “Hoy, quise venir aquí para suplicar a María, nuestra Madre, el buen desempeño de la Jornada Mundial de la Juventud y poner a sus pies la vida del Pueblo latinoamericano”, dijo.
El Papa Francisco pidió también a los Pastores del Pueblo de Dios, los padres y los educadores que transmitan a los jóvenes los valores que harán de ellos constructores de un país y de un mundo más justo, solidario y fraterno. Para eso, dijo el Padre, es importante dar importancia a tres simples leyes: conservar la esperanza; dejarse sorprender por Dios; vivir con alegría.