Hay males que se pueden evitar si formamos a los jóvenes en el amor. Y es que existe otro método que evita las infecciones con una efectividad del cien por cien.
El Observatorio de salud femenina Bloom acaba de publicar un estudio médico sobre el crecimiento del número de casos de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) en mujeres entre los años 2012 y 2019. El estudio está impulsado por Dexeus Mujer y Fundación Puigvert.
El estudio llega, entre otros aspectos, a la conclusión de que «un 70,26% de las encuestadas reconoce haber recibido una educación sexual deficiente”. Otro dato relevante: Los casos de infecciones de transmisión sexual han aumentado un 1000% en España en los últimos siete años.
La noticia me dio que pensar. En ella, expertos ginecólogos y de la salud llamaban a la concienciación de la población joven recordando que el uso del preservativo es necesario para no contagiarse. El texto destaca además el poliamor (más parejas), prácticas antinaturales que se alejan mucho de una verdadera relación sexual (sexo oral) y la juventud de sus practicantes (menores antes de contraer matrimonio).
Sin embargo, en ningún párrafo he leído acerca de las actitudes más saludables, ecológicas y valiosas que existen como son la virtud de la castidad, la fidelidad de uno con una para siempre y la espera hasta el sí quiero.
¿Acaso no estamos impartiendo una educación sexual incompleta precisamente porque nos olvidamos de explicar lo esencial acerca del amor?
¿Por qué es habitual que nadie se refiera a estos valores? ¿Por qué tanta grima a la verdad? ¿Acaso no estamos impartiendo una educación sexual incompleta precisamente porque nos olvidamos de explicar lo esencial acerca del amor?
Para educar no hay que llegar tarde sino a tiempo
¿Vender un condón a una pareja evita que estas infecciones se propaguen? ¿Tener controles periódicos esquiva estas enfermedades? ¿No estamos llegando tarde?
Para un contagio de una enfermedad sexual hay unos pasos. Existe un antes, un durante y un después. Y me da la sensación de que en esta sociedad en la que vivimos nos centramos siempre en educar el durante (a golpe de preservativo) y el después (con los controles y pruebas). Sin embargo, nos olvidamos del antes. Antes nos sitúa en el momento de tener o no una relación sexual. Los seres humanos no somos animales, sino personas con inteligencia y voluntad y por tanto nos podemos abstener de tener relaciones sexuales especialmente si sabemos que eso va a comprometer nuestra salud o, lo que es más grave, la salud de otros.
El error más común: pensar que esto no va conmigo
Entre las líneas del estudio de la plataforma Bloom destaca la apreciación de una profesional de la salud en la que advierte de la inconsciencia e ingenuidad de estos jóvenes con el falso convencimiento de que ellos no se van a contagiar.
Algunas de estas enfermedades pican, otras duelen y otras tantas son silenciosas. Algunos de sus síntomas son dolor, hinchazón, protuberancias raras, sarpullidos o lastimaduras, picazón y/o sensación de ardor, dolor o ardor al orinar, flujo vaginal de olor, color o textura diferente a lo habitual, sangrados y un largo etcétera.
Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) más comunes como la gonorrea o la clamidia pueden ser curadas con antibióticos y no son peligrosas si se tratan de inmediato. Pero otras como el herpes o el VIH pueden causar graves problemas de salud, especialmente sin tratamiento.
En el análisis se habla mucho de las mujeres, pero también los hombres pueden comprometer su fertilidad. Y no sólo eso, también pueden padecer cáncer.
En el caso de la mujer ocurre lo mismo: lesiones en el útero, en las trompas de falopio u ovarios. Como también procesos inflamatorios que requieren cirugía o que terminan desarrollando un tumor.
Por tanto, el problema es más serio de lo que parece. Debemos tomar consciencia y actuar en consecuencia.
¿El preservativo es la única solución?
Es cierto que existe el preservativo para evitar el contagio. Pero su efectividad se encuentra en un 90%. Esto significa que hay un 10% de posibilidades de contraer la enfermedad.
Hoy quiero hablarte de otro método que tiene una efectividad del 100% y 0 posibilidad de contagio. Y no pasa por no tener relaciones, sino en tenerlas un hombre y una mujer, exclusivamente, que se han comprometido a quererse para siempre mediante el sacramento del Matrimonio y que se guardan fidelidad. Esta es la garantía del 100%.
¿Existen parejas fieles?
¿Existen parejas así? No sólo existen sino que es posible. Vale la pena un estilo de vida saludable en materia sexual.
Ya conoces el dicho: “Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca”.
Pilar Velilla Flores
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