San Felipe de Jesús | Febrero 5

Festividad: Febrero 5

San Felipe de Jesús fue el primer santo mártir mexicano en ser canonizado. Junto con un grupo de misioneros españoles, mexicanos y japoneses, entrega su vida por Cristo en el Japón a los 24 años de edad. Se celebra el día 5 de Febrero. Aprende el viaje de martirio y misión de este santo aquí.

Su nombre de pila fue Felipe de las Casas. Nació en la ciudad de México, en mayo del año 1572. Sus padres, inmigrantes españoles: Antonio, toledano de Illescas y Antonia, andaluza de Sevilla. Le dieron buen ejemplo. En su niñez era tan inquieto y travieso que cuando decidió irse al convento de Puebla para hacerse franciscano, su aya comentó: «Eso será cuando la higuera reverdezca». Aludiendo a una higuera seca que había en el patio de la casa. Llegó al convento de Puebla, donde residía el Beato Sebastián De Aparicio. En efecto, Felipe duró muy poco allí. No resistió aquella vida y regresó a su casa.

Ejerció entonces el oficio de platero sin mucho éxito. Cuando había cumplido 18 años, su padre, Alonso de las Casas, lo envió a las Islas Filipinas a probar fortuna. Allí se estableció en la ciudad de Manila. Al principio estaba deslumbrado por la vida mundana, pero pronto sintió de nuevo la llamada del Señor: «Si quieres venir en pos de mí, renuncia a ti mismo, toma tu cruz y sígueme» (Mt.16,24). Felipe entró con los franciscanos de Manila. Esta vez ya había madurado y su conversión fue de todo corazón. Cambió su nombre al de Felipe de Jesús. Estudiaba, atendía a los enfermos. Todo lo hacía con la dedicación de un hombre que vivía para Jesús.

En 1596 sus superiores le anunciaron que ya se podía ordenar sacerdote. Como no había obispo en Filipinas, la ordenación sería en México, su ciudad natal, junto con su familia y amistades de infancia. Con ese fin se embarcó en el galeón San Felipe, con Fray Juan Pobre y otros franciscanos; pero una gran tempestad desvió el barco hasta que naufragó en las costas del Japón. Felipe interpretó su naufragio como una dicha. Podría entregarse mas a Cristo por la conversión del Japón.

San Francisco Javier había misionado en el Japón dejando a su partida 2000 cristianos. La Iglesia siguió floreciendo y en 1579 habían 150000 cristianos, 54 jesuitas, 22 de ellos sacerdotes. En la isla de Kyushu, sólo en dos años, se bautizaron 70.000 japoneses. Pero la situación en Japón era precaria. En 1582 Taikosama (altísimo señor) había tomado control de todo el Japón formando un imperio. El fue al principio favorable hacia el cristianismo, pero cambió en 1587, al ser instigado por los bonzos. Entonces decretó la expulsión de los misioneros y la demolición de los templos cristianos. Al principio la orden no se aplicó rigurosamente y los misioneros eran tolerados mientras se mantenían en la clandestinidad, vestidos a la japonesa. En esta situación estaban cuando llegó la primera expedición de franciscanos, que inmediatamente comenzó una gran actividad misionera. Allí estaban Fray Pedro Bautista y algunos hermanos de la provincia Franciscana de Filipinas.

En noviembre del 1596 embarrancó en Urando el galeón San Felipe con Felipe y los otros franciscanos a bordo. El gobernador del lugar, conociendo las riquezas del navío, dio orden de expropiación, y el emperador, para encubrir el robo, promulgó de nuevo en Osaka y Meako el edicto de 1587, alegando que los frailes hacían un proselitismo ilegal y que preparaban una invasión militar.

La orden, posteriormente, quedó restringida a «sólo los que han llegado de Filipinas y a sus acompañantes». Quedaban, pues, condenados a la ejecución 5 franciscanos de Meako con 15 japoneses bautizados, y 1 franciscano con 2 japoneses cristianos de Osaka. A ellos se añadieron voluntariamente Pablo Miki, Juan de Goto y Diego Kisai, tres japoneses que estaban con los jesuitas de Osaka y que quisieron ser recibidos in extremis en la Compañía. Veintiséis en total. Entre los franciscanos había cuatro españoles, fray Pedro Bautista, de Avila, fray Martín de la Ascensión, de Vergara según parece, fray Francisco Blanco, de Orense, y fray Francisco de Miguel, de Valladolid. Y con ellos, fray Gonzalo García, indio portugués, y fray Felipe de Jesús, mexicano.

La noticia causó alegría y entusiasmo entre los cristianos, cosa que desconcertó a los paganos. Los neófitos acudían a las casas custodiadas de los misioneros para ofrecerles sus bienes y sus vidas. San Pedro Bautista, superior de los franciscanos, escribía a última hora: «Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por hacernos esta merced de padecer con alegría por su amor».

san_felipe de JesusHasta los niños cristianos participaban del alegre coraje de sus mayores. A uno de ellos le preguntó un misionero: «¿Y qué harás tú cuando se enteren que eres cristiano». A lo que el chico, poniéndose de rodillas e inclinando la cabeza, contestó: «Haré así». «¿Y qué le dirás al verdugo cuando vaya a matarte?»… «Diré «¡Jesús, María! ¡Jesús, María!», hasta que me hayan cortado la cabeza»… Por su parte, fray Felipe de Jesús comentó: «Dios hizo que se perdiera el [galeón] San Felipe para ganar a fray Felipe».

El 3 de enero de 1597, en Meako, se les cortó a los reos cristianos la mitad de la oreja izquierda y, de tres en tres, fueron llevados por la ciudad en carretas, precedidas por el edicto mortal. Queriendo el emperador infundir en sus súbditos horror al cristianismo, dispuso que fueran llevados por Hirosima y Yamaguchi, hacia el este, hasta Nagasaki, en la isla Kyushu, donde era muy grande la presencia de cristianos. Allí, en una colina que domina sobre la ciudad y la bahía, fueron dispuestos los mártires ante las cruces que les habían preparado. «¡Qué abrazado estaba con su cruz fray Felipe!», contaba un testigo…

26 mártires fueron crucificados. Entre ellos habían franciscanos y jesuitas como también laicos. Fray Martín de la Ascensión cantaba el Benedictus a voz en grito. Luis Ibaraki, de doce años, el más pequeño, repite una y otra vez: «Paraíso, paraíso, Jesús, María». Antonio, de trece años, «que estaba al lado de Luis, fijos los ojos en el cielo, y después de invocar los nombres de Jesús y María, entonó el salmo Alabad, siervos del Señor, que había aprendido en la catequesis de Nagasaki, pues en ella se les hace aprender a los niños ciertos salmos». Otros cantaban el Te Deum con entusiasmo. Y la muchedumbre de cristianos aclamaba con los mártires: «¡Jesús, María!». Relato de un testigo>>>

Fray Felipe de Jesús no podía decir nada pues el sedile de su cruz quedaba muy bajo, y estaba casi colgando de la argolla que le sujetaba el cuello. Apenas logró gritar tres veces el nombre de Jesús, haciendo verdadero su santo nombre: Felipe de Jesús. Viéndole acabado, lo mataron al modo acostumbrado: dos lanzas atravesaron sus costados, y cruzándose en el pecho, salieron por sus hombros. Así murieron todos, Felipe el primero. Era el 5 de febrero de 1597.

Según relata una leyenda, ese mismo día la higuera seca de su hogar tomó vida y dio fruto. Felipe había llegado a la santidad mas heroica.

Fue beatificado, juntamente con sus compañeros mártires el 14 de septiembre de 1627.

Canonizados el 8 de junio de 1862 por el papa Pío IX. Una de las dos iglesias romanas dedicadas a la Virgen de Guadalupe, en la Vía Auerlia, 677, lo tiene por segundo titular.

En la colina de los mártires de Nagasaki, la iglesia que corona el conjunto de construcciones está dedicada a San Felipe de Jesús.

Es patrono de la ciudad de México y de su Arzobispado.


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16 comentarios

  1. LA SANTISIMA VIRGEN MARIA EN SUS ULTIMAS APARICIONES HA PEDIDO MUCHA ORACION POR JAPON , 94 VECES A LA FECHA, MAS QUE POR CUALQUIER OTRA NACION,POR LO QUE LES INVITO A PEDIR AL JOVEN SAN FELIPE DE JESUS A INTERCEDER POR ESA NACION. UNO DE MIS HIJOS ESTARA CASI UN AÑO POR CUESTIONES DE TRABAJO POR ALLA , ASI QUE , EL ORA DESDE ALLA Y NOSOTROS SU FAMILIA DESDE AGUASCALIENTES.DIOS NOS BENDIGA A TODOS.

  2. Siendo san Felipe de Jesus patrono de la ciudad de México, pidamosle pues que se detenga esa carrera hacia el aborto y los matrimonios homosexuales

  3. Es un gran ejemplo de santidad para todos los cristianos, especialmente para nosotros los mexicanos, que con el trato con Dios y la disponibilidad de amar a los demás por Dios, logró una gran fortaleza, que me ilumine para que venza mi comodidad en las cosas diarias sin esperar grandes acciones, sino en la paciencia y el amor a mi familia, que buen artículo.

  4. Yo estoy en un coro en mty y el día de maniana día d san Felipe debutaremos en este gran dia en misa de jóvenes después de tanto esperar que mejor que cantar en este día por eso se lo ofrecemos a este santo 🙂 cantaremos y tocaremos con todo el corazón y espíritu para que nos escuchen hasta el cielo !!

  5. La vida eterna espero por ella y eso me hace vivir mas plenamente cada dia evitando desperdiciarla, por tanto animo Luis somos muchos los que vivimos y esperamos por ella
    Que Dios nos bendiga y anime día a día

  6. Que gran ejemplo nos dio felipillo, amar hasta el extremo a Dios nuestro Señor, esta es la prueba de que bien vale la pena vivir y entregarlo todo por la vida eterna, no precisamente tenemos que morir fisicamente, pero si espiritualmente, entregar nuestra vida a Dios, a través de la propagación del evangelio, arrastrar con ese testimonio que Jesús nos pide y ser sus instrumentos para a otros hermanos a su presencia. Gracias por la carta tan hermosa que nos compartiste susy, Dios te Bendiga, yo también estoy en la lucha diaria de alcanzar la santidad, elocuentemente dice San Pablo: «aun no he alcanzado la meta en Cristo nuestro Señor», hay que seguir luchando.

  7. Que gran ejemplo es san felipe de jesus para la humanidad!! Que valor, gracias a Dios por darnos a nuestro patrono de los jovenes!!! Bendito sea Dios!!

  8. Conocí la vida de San Felipe cuando tenía 5 años por primera vez celebrė el 5 de febrero su nacimiento a la vida en el cielo, su ejemplo sencillo me motivó para iniciar mi camino a la santidad, a la vida plena, aquí les comparto sus breves y profundos pensamientos que nos regalo Felipillo antes de partir a la vida eterna, : )

    CARTA DE SAN FELIPE DE JESÚS UN DÍA ANTES DE SU MARTIRIO.
    Nagasaky, Japón. 4 de Febrero de 1597

    Queridos padres y amigos

    La noche pasa rápida. Mañana moriré ejecutado en la cruz, pero no tengo miedo.
    Mi pensamiento vuela hacia ustedes y a mi patria querida.

    Ahora que estoy para recibir el bautismo de sangre, recuerdo que fuí bautizado en la Catedral de México, y las veces que asistí a Misa en San Francisco de Plateros.

    Lamento los años que perdí buscando mis apetitos, egoísta y disipado. Bendito sea Dios que vino en mi ayuda y comprendí que no valía la pena vivir para eso. Quise ser misionero, pero ahora Dios me premia antes del trabajo, concediéndome dar mi vida para probar mi amor.

    Lamento no haber vuelto a México, aún cuando apenas fuese un día; pero volveré. Estoy cierto de que volveré para decirles a todos, que la verdadera vida por la que vale la pena vivir, es la vida eterna.

    Paz y bien
    Fray Felipe de Jesús

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