Santa Francisca Romana, madre de familia (1384-1440)
Francisca Ponziani nació en Roma. Fue modelo de esposa y madre entregada a la educación de sus hijos. Dedicaba largos ratos a la oración y al servicio de los pobres. Muerto su marido, reunió a un grupo de mujeres, fundando las Oblatas de María. Repetía: “Muy buena es la oración, pero la mujer casada tiene que concederle enorme importancia a los deberes caseros.” Entendió bien que el trabajo es oración; y que el trabajo del hogar es santificable.
San Gregorio de Nisa (+395)
Nació en Cesarea del Ponto y toda su vida transcurrió en la Capadocia, Turquía. Es uno de los más grandes doctores de la Iglesia. Junto a San Basilio, su hermano mayor, y San Gregorio Nacianceno, su amigo, formó la tríada de los Capadocios. Se les suele caracterizar diciendo que Basilio era el brazo que actúa, Gregorio Nacianceno, la boca que habla y Gregorio de Nisa, la cabeza que piensa. Fue artífice fundamental de la lucha contra el arrianismo gracias a sus escritos y a su decisiva intervención en el concilio de Constantinopla (381), cuando fue definido el dogma de la Santísima Trinidad. Siendo obispo de Nisa, se dedicó a la enseñanza de la literatura e incluso llegó a casarse. Gregorio Nacianceno decía de su mujer, Teosabia, que era “una santa y una auténtica esposa”. Teosabia le precedió un año o dos en el camino hacia la tumba. Nos ha quedado de él una obra monumental, entre la que destacan sus escritos místicos, que encierran una riqueza incomparable.
* Santificarse en lo ordinario de todos los días cumpliendo el día de hoy con especial cuidado un deber concreto.