Santoral 9 de agosto | Santa Teresa Benedicta de la Cruz, San Oswaldo, Santa Otilia, Santos Juliano, Marciano, Fotio…

Santa Teresa Benedicta (Edith Stein)

Edith Stein nació el 1891 en Breslau (Alemania), hoy llamada Wroclaw y perteneciente a Polonia. Era hija de una familia judía. Huérfana de padre, acudía a la sinagoga con su madre. Pronto notó su madre que sólo lo hacía por complacerla y a los 21 años Edith se confiesa atea.

Desde joven estudia filosofía en Breslau, pero pronto se le hace insuficiente. En 1913, atraída por la fenomenología de Husserl, decide cambiar de Universidad. 

En 1914 comienza su tesis doctoral pero pronto interrumpe el trabajo para colaborar con su ayuda en la 1ª Guerra Mundial donde trabaja durante 6 meses como enfermera de la Cruz Roja, y tiene un encuentro decisivo con las situaciones en la vida del hombre: el dolor, el odio, la guerra, la muerte. Será un aliciente para seguir buscando respuestas. 

Concluyendo su tesis trabaja como asistente de Husserl. En 1917 la muerte de un gran amigo, Adolfo Reinach, cambia su vida. Tiene que ir a visitar a Ana, la viuda de su amigo, y no sabe qué decir para consolarla. Pero descubre en ella una profunda paz y esperanza, fruto de su conversión al cristianismo.

En 1918 tiene una experiencia mística del Dios de Jesucristo, no sabe qué camino seguir. Pero surge un paso definitivo, un matrimonio amigo la invita a su granja donde pasa la noche entera leyendo la autobiografía de Santa Teresa de Jesús. «Al cerrar el libro, dije para mí: ¡esto es la verdad!». 

En 1933 entra en el Carmelo de Colonia. Edith consuma su vocación en el martirio, ante la persecución nazi contra los judíos, marcha al Carmelo de Echt en Holanda. El 2 de mayo de 1942 va la Gestapo a buscar a Edith. Dos días después es trasladada a Polonia, con su hermana Rosa, también convertida al catolicismo. La Cruz Roja holandesa publica una nota: «Edith Stein, nacida en Breslau, fue asesinada el 9 de agosto de 1942 en Auschwitz, con gas».

Fue canonizada como mártir en 1998. En octubre de 1999, fue declarada patrona de Europa junto con Santa Brígida y Santa Catalina.

San Oswaldo(604-642) 

De la familia real de Nortumbia,  Inglaterra, abrazó el cristianismo y puso su reino bajo el signo de la cruz. Hizo un gran esfuerzo por cristianizar al pueblo anglosajón, y lo logró en gran parte.  Fue muy humilde, humano y generoso con los pobres, y muy piadoso.  Se casó con la hija del primer rey cristiano de Wessex y aquello fue como el alborear de una nueva era.  Murió joven a manos del rey pagano Penda, y desde entonces fue venerado como santo y mártir por su pueblo, extendiéndose su culto luego por Europa. 

Santa Otilia (+720)

Santa Otilia, fue hija de Aldarico, señor feudal que gobernaba Alsacia, Francia, y que era un pagano recién convertido al cristianismo.   Aldarico deseaba mucho tener un hijo varón, pero he aquí que le nació una hija y además, ciega. Se llenó de cólera y mandó que esa niña fuera expulsada lejos de su castillo. Fue llevada a un lejano convento de religiosas que la cuidaron lo mejor que pudieron. Un día llegó al convento el obispo San Erardo y al bautizar a la cieguita le dijo ¡Qué se te abran los ojos de tu cuerpo, como se te han abierto los ojos de tu alma”.  Y se obró el milagro.  

Otilia volvió a su casa, pero Aldarico la trataba más como sirvienta que como hija.  Al poco tiempo se dio cuenta de que Otilia era tan bondadosa y caritativa con todos, que empezó a cobrarle gran cariño.  Estaba resuelto casarla con un gran señor alemán pero Otilia deseaba ser religiosa, y se escapó, disfrazada de sirvienta.  Su padre, lleno de remordimientos, mandó publicar un decreto por medio del cual perdonaba a su hija y le permitía se hiciera religiosa.  Otilia volvió entonces a su casa y Aldarico le construyó un convento en una alta montaña, y lo se llamo Otilburg.  Otilia y sus compañeras se dedicaban a la oración, a los trabajos manuales y a atender a los centenares de pobres y enfermos que llegaban a pedir ayuda.

Después de que murió Otilia, comenzaron a obrarse muchos milagros por su intercesión, y su sepulcro fue sitio de peregrinación a donde llegaron a ir inclusive San León IX y el rey Ricardo I de Inglaterra. 

Santa Otilia es Patrona de la región de Alsacia.

Santos Juliano, Marciano, Fotio y compañeros mártires (+729)

El martirologio romano, tal y como los monjes de la Iglesia lo recitaban durante cuatro siglos, hasta 1970, narra lo siguiente:  “En Constantinopla el impío emperador León mandó torturar y decapitar a los santos mártires Juliano, Marciano y otros ocho por haber colocado la imagen del Salvador en la Puerta de Bronce”. León fue el responsable de la larga y sangrienta persecución iconoclasta.

Beato Maurilio (+1067)

Nació en la diócesis de Reims, Francia y estudió para monje en Fécamp.  Partió luego hacia Italia donde llevó una vida eremítica, para luego abandonar la soledad y convertirse en abad del monasterio de Santa María de Florencia. Terminó siendo arzobispo de Ruán y es considerado uno de los más eminentes prelados de su tiempo.

Beato Florentino Asensio Barroso (+1936)

Nacido en Villasexmir, España, en 1877, Florentino sintió desde pequeño inclinación por el sacerdocio. Entró en el seminario de Valladolid y fue ordenado en 1901. En 1936 fue consagrado obispo de Barbastro, precisamente cuando tomaron los anarquistas la ciudad.  El 19 de julio empezó la “caza de curas” y la cárcel se llenó hasta límites increíbles.  Fue condenado a muerte y sufrió las peores vejaciones imaginables.  Cuando estaba en el  tormento se le oía decir.  “Dios mío, ábreme pronto las puertas del cielo”. Y se escuchó que ofrecía su sangre por la salvación de su diócesis.  

El 4 de mayo de 1997 fue beatificado por el papa Juan Pablo II. 

Beata Cándida de Jesús (+1912)

Nació en Andoaín, Guipuzcoa,  España en 1845 de familia muy cristiana y pobre de recursos. Su profesión desde la adolescencia  fue la de  empleada doméstica. A los 26 años, con cinco compañeras fundó en Salamanca la Congregación de las Hijas de Jesús.  Se dice que el mayor milagro de la madre Cándida fue el fundar una congregación religiosa para la educación de la infancia y la juventud, ella que apenas sabía leer y escribir.  

Desde muy joven, a la propuesta matrimonial hecha por su padre, pronunció una frase que orientaría toda su vida:  “Yo sólo para Dios” y cuando estaba muriendo pudo decir:  “Muero tranquilísimamente tranquila, 41 años de vida religiosa y no recuerdo un momento que no haya sido para Dios.”  Así discurrió su vida de trabajos, cruces, alegrías y penas, con constante escasez de recursos y en permanente familiaridad con Dios. 

Beato Ceferino Jiménez (1891-1936)

Gitano nómada, se convirtió al cristianismo a los 50 años y se dedicó a las obras de  caridad. Fue martirizado, en Barbastro, España, por los milicianos.  Fue beatificado el 4 de mayo de 1997.

Beatos Faustino Oleiza y Florentino Felipe (+1936)

Faustino, sacerdote y Florentino, religioso, ambos de la Orden de los Clérigos de las Escuelas Pías (escolapios), fueron asesinados en Azanuy, España, durante la persecución religiosa en la guerra Civil española.

Beato Guillermo Plaza Hernández (+1936)

Presbítero del sodalicio de sacerdotes operarios diocesanos, martirizado en Argés, cerca de Toledo, España, durante la persecución religiosa.

Beatos Rubén de Jesús López Aguilar, Arturo Ayala Niño, Juan Bautista Velásquez Peláez, Eugenio Ramírez Salazar, Esteban Maya Gutiérrez, Melquiades Ramírez Zuluaga y Gaspar Páez Perdomo (+1936)

Religiosos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que fueron asesinados en Barcelona, España, por odio a la vida religiosa.

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