San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia
San Juan es el último Padre de la Iglesia de Oriente. Es como un río abundante en dos vertientes que aprovecha al máximo y en sus maravillosas y abundantes obras dejará de ello un perenne testimonio: la Tradición y fidelidad al pasado, a los padres y Magisterio de la Iglesia, y su amor y profundo conocimiento de las Sagradas Escrituras.
Se le dan dos nombres: «DAMASCENO» por haber nacido en Damasco y «CRISORROAS» que significa «que fluye oro». Por la riqueza de su doctrina le llamaron así los antiguos.
El origen de su llamamiento, desde el hijo de cobrador de impuestos a los cristianos, hasta llegar al retiro del Monasterio de San Sabás, es bello y aleccionador. Aprende las maravillas de nuestra fe, las vive, se convierte en un profundo conocedor de la Doctrina de Jesucristo y empieza a predicarlo. Pero esto no le llena. No se ve maduro, y por lo mismo se retira al desierto, al famoso Monasterio de San Sabás, cerca de Jerusalén.
El, en su juventud, había disfrutado de todos los halagos que puede ofrecer el mundo. Sus padres fueron muy buenos cristianos y él crecía día a día en la fe, pero aquella vida no le llenaba su gran corazón. Por ello, ahora, en la soledad del silencio y en las largas horas que pasa en oración, va madurando aquella alma que será un horno de fuego con su palabra y con su pluma, en defensa de los valores de la fe cristiana cuando la vea atacada. Con sus sermones arrebatadores y con sus abundantes y sólidos escritos, llegará a ser una de las lumbreras más grandes de todos los tiempos.
El año 726, el emperador de Bizancio, León el Isáurico, proclama una Bula de prohibición de las imágenes. Juan se levanta, con fuerza, para defender su uso como medio para despertar la fe. Y dice:
«Lo que es un libro para los que saben leer, eso son las imágenes para los analfabetas. Lo que la palabra obra por el odio, lo obra la imagen por la vista. Las santas imágenes son un memorial de las obras divinas».
Sus obras son profundas, elegantes, llenas de celo y de sólida doctrina que aún hoy conservan su frescura. San Juan Damasceno fue para Oriente lo que SantoTomás fue para Occidente. Muere el año 749.
Santa Bárbara ( siglo II)
Era conversa al cristianismo e hija de un hombre con un genio tremendo llamado Dióscoro. Como ella no quería creer en los ídolos paganos de su padre, éste la encerró en un castillo, al cual le había mandado colocar dos ventanas. La santa mandó a los obreros que añadieran una tercera ventana para acordarse de las Tres divinas personas de la Santísima Trinidad, lo cual enfureció aún más a su padre.
Dióscoro, como su hija no aceptaba casarse con ningún pagano, permitió que la martirizaran y le cortaran la cabeza con una espada. Dice la antigua tradición que cuando Dióscoro bajaba del monte donde habían matado a su hija, le cayó un rayo y lo mató. Por eso a santa Bárbara le reza la gente para verse libre de los rayos cuando hay tormenta.
San Osmondo (+1099)
Nació en Normandía, y murió en Inglaterra. Formaba parte de los capellanes que Guillermo de Normandía llevó con él cuando conquistó Inglaterra en 1066. Osmondo se convirtió en obispo de Salisbury y como tal, introdujo en la administración eclesiástica numerosos procedimientos franceses que pronto fueron adoptados por la Iglesia inglesa. Era un hombre amante del deber y de mucho sentido común, enemigo de los extremos y entregado al estudio y a la oración. Su proceso de canonización concluyó en 1457.
Beato Adolfo Colping (1813-1865)
Nacido en Kerpen, cerca de Colonia, Alemania, este sacerdote fue el fundador de la Sociedad de Labradores.
Fue beatificado el 27 de octubre de 1991.
Es una época especial paraque muchas almas rectifiquen el camino, gracias por todo lo que nos proporcionan. Les pido una oración muy
especial por México