Beata Bona De Armagnac (1434-1462)
Bona pertenecía a una muy noble familia que se trataba de igual a igual con los reyes de Francia. Aunque era buena y caritativa- mantenía un leprosario para mujeres ella misma- no quería seguir la vocación de religiosa a la que se sentía llamada. Por fin la gracia de Dios acabó por empujarla y entró al convento con gran pompa y acompañamiento al convento de clarisas de Lézignan. Antes de que profesara, su hermano, el duque de Nemours fue por ella pues deseaba casarla por razones políticas, y al llegar preguntó si ya le habían cortado los cabellos. Bona preguntó “¿Me quiere coger de los pelos para conducirme a Carlat a casarme?”, y, sin pensarlo dos veces, echó mano a las tijeras y ella misma cortó su hermosa cabellera. Murió en el convento a los 28 años y se le recuerda como una mujer valiente, bromista, magnánima y siempre alegre.
* La alegría constante es signo de que se siente la filiación divina- el convencimiento de que somos hijos de Dios. Agradece muchas veces al día a tu Padre Dios esta seguridad.