San Charbel Majluf (1828-1898)
En el Líbano moderno, donde los católicos de rito sirio llamado maronitas eran perseguidos por los drusos, el humilde hijo de un mulero, Joseph Zarun Majluf, ingresó en el monasterio de San Marón, en Annaya, donde se ordenó de sacerdote en 1859.
Pero no le bastaba ser un monje modelo de piedad, trabajo y obediencia, y queriendo imitar a los padres del desierto, en 1875 se hizo ermitaño y desde entonces vivió en una desnuda celda llevando una vida sencilla y tremendamente austera. Dormía sólo tres horas reposando sobre una tabla cubierta de hojas secas con un trozo de madera para apoyar su cabeza y envuelto en sus desgastados hábitos y una delgada cobija. A esta celda llegaban muchos visitantes par pedir sus consejos, sus oraciones y su bendición.
San Charbel se ofreció todos los días de su vida, y el Señor se lo llevó consigo al terminar la consagración de su Misa de Nochebuena.
Al abrir la fosa donde estaba enterrado san Charbel y otros cincuenta y dos monjes por motivo de una inundación, encontraron su cuerpo incorrupto, y un líquido rojizo saliendo de su cuerpo. Por cincuenta y cuatro años consecutivos fue desenterrado el cuerpo de san Charbel y siempre se veía el cadáver tan fresco como si estuviera dormido. Aunque un médico retiró finalmente todos los órganos del cuerpo, el flujo de sangre no paraba. Con la unción de este líquido, se dieron muchísimas curaciones milagrosas, y no sólo del cuerpo sino del alma: pecado, indiferencia, odio e incredulidad.
Para su beatificación se necesitaba un milagro reconocido por médicos y teólogos. En el caso de este santo se contaron hasta 1,200 milagros.
San Gregorio (+303)
Gregorio era un sacerdote de Spoleto, Italia, de quien se nos dice que con sus virtudes y sus milagros provocó la ira y el escándalo de las autoridades del Imperio Romano. Fue enviado a esta ciudad un sicario llamado Flaco para hacer que Gregorio se sometiera a la religión oficial. Al no aceptar esto de ninguna forma, Gregorio fue sometido a toda clase de torturas y murió decapitado en medio del anfiteatro, fiel a su fe.
San Justo y San Viator (siglo V)
Cuando San Justo era Obispo de Lyon, Francia, le trajeron a un joven que tenía grandes cualidades para la vida religiosa. San Justo lo preparó para el sacerdocio y por varios años fue su secretario, pues San Viator tenía muy bella letra y copiaba los antiguos manuscritos de la Biblia y otros libros para uso del templo y del monasterio.
El obispo se sintió llamado a retirarse al desierto y a escondidas tomó el camino de Egipto para allí dedicarse a la oración y a la penitencia. Pero su secretario lo descubrió y le pidió que lo llevara con él.
Por muchos años estuvieron en un monasterio del desierto sin que se supiera que uno de ellos era un obispo. Cuando los encontraron los fieles de Lyon, San Justo les habló de tal forma que los convenció a quedarse ellos también viviendo en el monasterio. Allí murieron los dos inseparables compañeros, con unos días de diferencia.
Beata Paula Isabel Carioli (1816-1865)
Casada desde los veinte años con el celoso y excéntrico sexagenario Conde Buzecchi, vivió en el castillo de Comone, Lombardía. Soportó sin una queja por dieciocho años sus excentricidades y sus celos, pues tuvo que mandar a su hijo mayor a un pensionado para que no resintiera su marido el afecto que le daba. Cuando murieron a temprana edad sus tres hijos y luego quedó viuda, empezó a adoptar huérfanos que le enviaban, hasta que tuvo tantos que se decidió dedicar su vida a ellos y fundó la Congregación de la Sagrada Familia de Bérgamo. La nueva hermana Paula Isabel los gobernó siempre con humildad, inteligencia y buen corazón, buscando que todo el mundo a su alrededor se sintiese querido.
San Delfín (+402)
Se convirtió en obispo de Burdeos hacia el año 380. Era amigo de san Ambrosio y bautizó a san Paulino de Nola, que continuó escribiéndose con él.
Santa Irmina (+708)
Fundó numerosos monasterios, entre ellos el de Oeren que, al parecer, gobernó como abadesa. Fue gran benefactora de san Wilibrodo, al que dio casa, campos y viñas en Exhternach, Luxemburgo.
Santa Adela (+730)
Fue la abuela de san Gregorio de Utrecht, uno de los mejores discípulos y colaboradores de san Bonifacio. Adela se hizo religiosa a la muerte de su marido.
* Pide hoy la intercesión de la Beata Paula Isabel para que te ayude a formar a tu alrededor un ambiente de cariño y comprensión para todos.