Beato Miguel Agustin Pro, mártir
Nació en Guadalupe, Zacatecas (México), en 1891. A los 20 años entró en la Compañía de Jesús. Los dolores que sufrió toda su vida, jamás le hicieron perder su alegría y buen humor. Ordenado sacerdote en Bélgica en 1925, volvió en 1926 a México, donde ejerció su ministerio sacerdotal a escondidas, con gran fervor y amor a los pobres. Aprehendido por la policía y falsamente acusado, fue fusilado el 23 de noviembre de 1927. S. S. Juan Pablo II lo beatificó el 25 septiembre de 1988.
San Clemente I, Papa y mártir
Lino y Cleto, predecesores de Clemente, no han sido recordados por la historia de sus pontificados. Clemente, en cambio, es figura de primera magnitud como sucesor de Pedro. San Ireneo refiere: «Clemente había visto personalmente a los apóstoles y escuchaba con sus propios oídos la predicación de ellos». Por eso, en la carta que escribe a los corintios, hacia el año 95, los exhorta a la unidad, evocando conmovedoramente el recuerdo de los apóstoles Pedro y Pablo.
San Columbano, abad
Columbano, monje irlandés, cruza el canal de la Mancha hacia el año 590 y evangeliza el noreste de las Galias y la región del río Rhin. Se establece cerca de la región de Lorena y funda ahí un monasterio, sujeto a un estricto reglamento. Deja su comunidad en pleno florecimiento y se dirige a Italia en donde funda un nuevo monasterio (Bobbio) y ahí muere (615).
Santa Raquilde (+946)
Fue una religiosa alemana que vivió y murió a la sombra de la abadía de San Galo, Suiza. Durante veinticuatro años estuvo postrada en cama a causa de unos dolores terribles que le dejaban el cuerpo plagado de llagas. Raquilde se mostraba, sin embargo, “contenta de agradecer de esta manera a Cristo haber sufrido tanto para salvarnos”.
* Pide hoy porque haya muchas vocaciones sacerdotales en el mundo, en tu país y en tu familia.