La Presentación de la Santísima Virgen María
En este día en que se recuerda la dedicación, en el año 543 de la Iglesia de Sta. María la Nueva, construída cerca del templo de Jerusalén, celebramos, junto con los cristianos de la Iglesia Oriental, la «dedicación» que María hizo de Sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su Concepción inmaculada. Este es un día dedicado a honrar a María, a quien alaban las liturgias de los diferentes ritos, en el lugar más venerable de la Cristiandad. El día de hoy debemos implorar de María la paz en favor de los pueblos judío y árabe, reunidos al pie de esta iglesia, en Jerusalén, aún con las armas en la mano. Debemos meditar, además, que María es el templo perfecto del Nuevo Testamento. «La Casa de Oro», donde Dios se dignó preparar su morada. Es un día de admiración para todos los hombres de buena voluntad, ya que Dios adornó a esta niña, desde su Concepción inmaculada en el seno de Ana y durante todo el tiempo de su niñez y juventud, con prerrogativas tan extraordinarias, que se convirtió en la segunda Eva. Por el «Fiat» -«Hágase en mí tu Voluntad»-, ella ofreció una libre y total obediencia a los designios de Dios. Desde ese momento, cesaron ante Dios los ritos exteriores del Antiguo templo y Jesucristo comenzó, en el mismo seno de María, a ofrecerse como el único y eterno Sacerdote: como la única ofrenda grata a Dios por todos los hombres.
San Gelasio (siglo V)
Fue elegido pontífice en el año 492 y reinó cuatro años y medio, distinguiéndose por su energía. Escribió numerosas cartas pastorales para condenar a las herejías que negaban el pecado original, la doble naturaleza del Verbo y la primacía de la silla de Roma sobre la de Constantinopla. Por este motivo, su pontificado, aunque duró poco, ha marcado la historia de la Iglesia antigua.
También fue conocido como “padre de los pobres”, pues para él la caridad significaba dos cosas: el ser de hierro custodiando la herencia de Dios y de cera y miel para las necesidades de sus hermanos.
Beata María de Jesús del Buen Pastor (1842-1902)
Nació cerca de Varsovia, Polonia, y antes de ser religiosa su nombre era Francisca Sied-liska. Fue fundadora de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret. y en 1875 se estableció en Roma, desde donde extendió su congregación a varias naciones. Fue bea-tificada por Juan Pablo II.