San Jacinto de Cracovia (1185-1257)
El santo nacional de los polacos cuyo nombre genuino debió ser Jacko o Jacek, nació en Praga, y estudió en varias universidades hasta doctorarse en Derecho y Teología. Fue vicario general de la diócesis de Cracovia , pero al oír predicar a Santo Domingo con palabras de fuego, y presenciar sus milagros, decidió hacerse fraile predicador y meses después se dirigió al norte a fundar nuevos conventos dominicos. Tras cuarenta años de viajes apostólicos en los cuales recorrió Prusia, Suecia, Noruega, parte de Rusia, Grecia, Bulgaria y Hungría, se tuvo que replegar por el avance de los tártaros y murió santamente en su convento de Cracovia.
San Liberato y compañeros (+484)
Era monje en Cartago, Túnez. Fue perseguido y encarcelado junto con sus compañeros por el rey Hunerico por no quererse convertir al arrianismo. Se dio orden a los carceleros de que los tratasen con dureza para forzar su apostasía. Cuando llegó la hora del juicio, ninguno se dejó intimidar. Se les condenó a morir abrasados en una pira de leña, pero el fuego se apagó, por lo que fue necesario matarlos a golpes de remo antes de arrojarlos al mar.
San Agapito, mártir (siglo II o III)
El gobernador de Palestrina, Italia, lo había condenado a ser devorado por las fieras, por confesar su fe en Jesucristo. Sin embargo, ningún león le hizo el menor daño. El magistrado quedó tan sorprendido que cayó fulminado de una congestión en la misma tribuna. Se mandó traer al verdugo y Agapito fue decapitado.
* Ten alma universal: pide hoy por la recristianización de Europa.
