Santoral 10 de abril | San Juan Bautista Velásquez y mártires, San Fulberto, San Dimas y Beato Antonio Neyrot

San Juan Bautista Velásquez, Esteban Maya, Melquiades Ramírez, Eugenio Ramírez, Rubén De Jesús López, Arturo Ayala, Gaspar Páez Perdomo: Mártires (1936)

Jóvenes religiosos colombianos, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que estaban estudiando  enfermería en España para poder atender mejor a los enfermos mentales a los que habían dedicado su vida. Atendían una casa para este tipo de enfermos en Ciempozuelos, cerca de Madrid, cuando unos enviados del gobierno comunista español les ordenaron abandonar el plantel y se los llevaron prisioneros a Madrid.  El Cónsul colombiano consiguió  liberarlos y darles pasaportes para que salieran del país, pero fueron apresados de nuevo, torturados y asesinados, por la sola razón de ser religiosos católicos.

San Fulberto de Chartres (+1028)

Además de dominar la exégesis bíblica y la teología, tenía conocimientos de física, astronomía, medicina y música.

Estudió en Reims junto al célebre Gerberto y cuando éste se convirtió en el papa Silvestre II, Fulberto lo siguió a Roma, que era entonces capital de corruptelas y matanzas.  Sirvió al pontífice con abnegación, sin aceptar jamás prelaturas o dinero.  A la muerte de Silvestre, regresó a Francia, donde fue nombrado obispo de Chartres.

Fulberto enseñó toda su vida.  Gracias a sus lecciones, las academias de Chartres se erigieron en el primer centro intelectual de Francia.  Nos quedan de él tratados, sermones, prosas litúrgicas y ciento veinticinco cartas.  En sus cartas se transparenta su buen carácter:  tan modesto y apacible como firme y valiente. Hay que alabar también a Fulberto por haber sido el artífice de la famosa catedral de Reims.  Gracias al rey Canuto de Dinamarca pudo llevarse a buen término en pocos años una tarea semejante.

Beato Antonio Neyrot (1420-1460)

Nació en Rívoli, Italia.  Ingresó en los dominicos de Florencia y en esa época de su vida no destacó precisamente por su fervor.  En un viaje de Sicilia a Nápoles fue apresado por unos corsarios y llevado a Túnez.  Abrazó el Islam y contrajo matrimonio, pero ni su nueva religión ni su nuevo estado civil le hicieron feliz.  Sabedor por mercaderes genoveses que su maestro san Antonino había muerto y hacía milagros, empezó a encomendarse a su intercesión y obtuvo la gracia de convertirse.

Retomó su hábito de dominico, y se dispuso a recorrer la ciudad de Túnez, proclamando su fe cristiana.  Mientras lloraba sus pecados de rodillas ante al verdugo, la multitud impaciente se abalanzó sobre él y lo mató.  Después pasearon su cadáver por las calles.  Antonio  no tardó en ser venerado como mártir en Italia y Clemente XIII confirmó su culto en 1767.

San Dimas (siglo I)

Es el nombre que se le da al Buen Ladrón, crucificado a la derecha de Jesús en el Gólgota.  Dimas, naturalmente patrón de los ladrones, es el viñador de la hora undécima, y sólo por haberlo pedido tras arrepentirse al reconocer que era justo que se le castigara, obtiene la seguridad de salvarse y se le da cita en el Cielo:  “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

*  Pidamos hoy al Señor nos ayude desde hoy a borrar del corazón todo vestigio de intolerancia hacia otras personas por razón de su raza, religión o color de piel.

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