¿Qué circunstancias debemos evitar para no ofender a Dios?
Por ocasión de pecado se entiende toda aquella situación en la que el hombre se encuentra en peligro de caer en pecado.Se distingue de la tentación al ser una realidad externa que se presenta como motivo de pecado. La tentación, en cambio, es sólo una sugestión interior.
La ocasión de pecado puede ser:
a) próxima: si el peligro de pecar es muy grande y la comisión del pecado casi segura;
b) remota: si el peligro de pecar no es grande;
c) voluntaria: si el hombre la busca libremente;
d) necesaria: cuando es física o moralmente inevitable.
Los principios morales en relación a la ocasión de pecado son:
1o. La ocasión próxima voluntaria de pecar gravemente, es gravemente pecaminosa.
Existe, por tanto, el deber absoluto de evitar ese tipo de ocasiones, al grado de exigirse como condición previa indispensable para recibir la absolución sacramental, pues no manifestaría sincero arrepentimiento el que no se aparte de la ocasión próxima voluntaria; p. ej., no podría impartirse la absolución al que no quisiera deshacerse de las revistas obscenas que le suponen ocasión de pecar (cfr. Mt. 5, 29 ss.; 18, 8; Dz. 1211-1213).
2o. En la ocasión próxima necesaria, el hombre debe emplear todos los medios a su alcance para alejar en lo posible la ocasión de pecar y restarle influencia. En otras palabras, debe convertir la ocasión próxima en remota.
3o. Es imposible al hombre evitar todas las ocasiones remotas de pecar, especialmente en relación al pecado venial, tanto por la fragilidad de su naturaleza como por los peligros externos. Debe, sin embargo, aumentar por ello su confianza en Dios y acudir con m s frecuencia a los medios sobrenaturales, evitando igualmente la excesiva inquietud.