¿Es moralmente aceptable la fecundación asistida? Muchas parejas que no consiguen la fecundación se hacen esta pregunta. Durante sus intentos por lograr ser padres podrán pensar que la Iglesia católica es retrógrada e incomprensiva por su rechazo a la fecundación asistida. Sin embargo, las parejas en esta situación y todos los fieles deben saber los fundamentos de esta actitud de rechazo. En suma diremos que la fecundación asistida es moralmente inaceptable porque supone un atentado a la dignidad humana de los embriones con los que se experimenta para lograr la fecundación.
Muchos embriones y muchos intentos
Durante la fecundación asistida se toman células reproductivas de la pareja. En un ambiente adecuado ambos gametos (células reproductivas; óvulo y espermatozoide) se unen y se lograr la fertilización. El resultado de esta fertilización es un embrión humano, con todas las potencialidades naturales para llegar a ser un feto, bebé, niño, adolescente, hombre maduro y anciano, cuando su tiempo llegue. Cuando el útero de la mujer está listo para iniciar el proceso de gestación, se implanta artificialmente el embrión en la matriz. Si las condiciones son favorables, el embrión se desarrollará con éxito y bebé estará en camino. Si las condiciones no son favorables, el embrión se desprenderá naturalmente y el proceso deberá empezar de nuevo.
Es muy común que el embrión no se implante con éxito al primer intento de la fecundación. Por tanto, para evitar el desperdicio de tiempo y de recursos se generan muchos embriones de manera artificial, es decir, con técnicas médicas diferentes al acto sexual y conyugal. Muchos embriones esperan su turno para ser implantados si alguno de ellos falla. El problema es que, cuando uno de los embriones tiene éxito, los otros pierden importancia y pueden ser confinados a un congelador para otros intentos posteriores o para experimentos médicos, o pueden ser desechados.
¿Son los embriones de los que hablamos formalmente humanos? ¿Pueden recibir la dignidad que cualquier otro hombre vivo? ¿Son seres infrahumanos o prehumanos? La Iglesia responde a estas preguntas tomando en cuenta las tendencias formales de la naturaleza y con una interpretación humanista de ellas. Los embriones son humanos, pues en ellos contienen todas las potencialidades necesarias para el despliegue de la vida humana en sus diferentes etapas. No hay en los embriones dos células diferentes, sino una sola, con un contenido genético diferente al de los padres. Lo único que el embrión necesita para desarrollarse es tiempo, nutrición adecuada y cuidados.
Desechando seres humanos
Los embriones que aguardan su utilización en vano o que son desechados son seres humanos con los que no se tiene un debido respeto por su dignidad. El documento Donum Vitae, de la Congregación para la doctrina de la fe, publicado en 1987, señala claramente este punto. Aquí citamos parte del texto para indicar que las prácticas que la fecundación asistida que hagan el mencionado uso de los embriones humanos merecen un juicio de rechazo moral, ya que atentan contra la dignidad humana de los embriones.
» (…) ¿Qué juicio merecen los otros procedimientos de manipulación de embriones ligados a las «técnicas de reproducción humana»?
Las técnicas de fecundación in vitro pueden hacer posibles otras formas de manipulación biológica o genética de embriones humanos, como son: los intentos y proyectos de fecundación entre gametos humanos y animales y la gestación de embriones humanos en útero de animales; y la hipótesis y el proyecto de construcción de úteros artificiales para el embrión humano. Estos procedimientos son contrarios a la dignidad de ser humano propia del embrión y, al mismo tiempo, lesionan el derecho de la persona a ser concebida y a nacer en el matrimonio y del matrimonio . También los intentos y las hipótesis de obtener un ser humano sin conexión alguna con la sexualidad mediante «fisión gemelar», clonación, partenogénesis, deben ser considerados contrarios a la moral en cuanto que están en contraste con la dignidad tanto de la procreación humana como de la unión conyugal.
La misma congelación de embriones, aunque se realice para mantener en vida al embrión —crioconservación—, constituye una ofensa al respeto debido a los seres humanos, por cuanto les expone a graves riesgos de muerte o de daño a la integridad física, les priva al menos temporalmente de la acogida y de la gestación materna y les pone en una situación susceptible de nuevas lesiones y manipulaciones.
Algunos intentos de intervenir sobre el patrimonio cromosómico y genético no son terapéuticos, sino que miran a la producción de seres humanos seleccionados en cuanto al sexo o a otras cualidades prefijadas. Estas manipulaciones son contrarias a la dignidad personal del ser humano, a su integridad y a su identidad. No pueden justificarse de modo alguno a causa de posibles consecuencias beneficiosas para la humanidad futura . Cada persona merece respeto por sí misma: en esto consiste la dignidad y el derecho del ser humano desde su inicio.»
Documento Donum Vitae
Será esta la opinión del Papa Francisco? Y cuál es el rol de los comités de ética de cada clínica donde se realizan estos procedimientos?
Discrepo absolutamente, un niño que fue concebido a través de estas técnicas debe sentirse muy orgulloso, pues ha sido un niño muy esperado y cuyos padres han luchado por traerlo al mundo. La ciencia debe apoyar acciones de amor que unan a la familia y iglesia debe actualizarse a los nuevos problemas de la sociedad. Antes la FIV no era un tema, puesto que nuestras abuelas ee casaban a los 14 ó 16 años.
Saludos
Mónica
excelente! claro y muy util para el apostolado