La importancia de una buena formación

Conocer las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la dignidad y santidad del matrimonio, la naturaleza del sacramento y los preparativos materiales para la ceremonia.

 PRÓLOGO

 

Amor por Siempre

 

Nuestra cultura ha convertido al sexo en algo muy romántico y, en el proceso, lo ha tomado como sinónimo de amor, por lo menos en la mentalidad popular. El mensaje impuesto en películas, libros y en la cultura general, es que si una persona joven se encuentra al compañero adecuado, escuchará música de violines, se encenderán fuegos artificiales y la vida será perfecta. Si hemos de creer en la cultura popular del último cuarto de siglo, todo lo que se necesita para encontrar la felicidad es descubrir al Sr. o la Srita. Correcto(a) e iniciar una relación importante con esa persona.

 

Pero la infelicidad y la frustración, evidentes en tantas relaciones románticas, desde la primera cita de los adolescentes hasta el matrimonio a prueba de los adultos, indican que esto no es así. En algún lugar del sendero, nuestro punto de vista de la cultura del romance falló. En lugar de la felicidad para toda la vida, lo que muchas personas muestran de su última relación duradera es un certificado de divorcio y una herida en el alma. Muchos que han pasado por la triste experiencia del divorcio o la separación, pudieron haberse evitado estas heridas si tan sólo hubieran pensado en la naturaleza profundamente espiritual de nuestra sexualidad y en su relación con la vocación al matrimonio.

 

¿Hay otra forma? ¿Puede el amor matrimonial brindar felicidad en el mundo de hoy? Si estamos concientes del verdadero significado del matrimonio, entonces la respuesta es un enfático "si". Si el amor entre un hombre y una mujer en realidad significa algo, éste debe encontrarse en algo más que en la electricidad que chispea en sus ojos cuando se encuentran por vez primera. El amor verdadero debe ser en cierta forma diferente de la relación típica actual que nos representan los medios de comunicación.

 

Aún los revolucionarios sexuales más cínicos, en ocasiones, hablan en voz baja de relaciones de por vida que traen la felicidad. Aunque se mofan, acaban reconociendo que, para que el matrimonio pueda ser satisfactorio, debe ser un compromiso permanente. Se dan cuenta de que, sin ese compromiso para toda la vida, las relaciones se convertirán pronto en ejercicios vacíos, egoístas, de autogratificación que muy pronto les traerá la infelicidad.

 

Si se considera que un buen matrimonio es mucho más vital para la felicidad de la persona que el éxito en una carrera o en los negocios, se demuestra que la mayoría de nosotros debe pasar gran parte del tiempo preparándose para él.

 

Para aquellos que reconocen que el amor sin compromiso para toda la vida termina en fracaso, Cristo y su Iglesia pueden mostrarles el camino para entender el verdadero significado del amor. Entre una cultura que continuamente mal informa y que engaña al individuo, la Iglesia proclama la "buena nueva" respecto a la sexualidad y ofrece a las parejas la esperanza de alcanzar la paz y la alegría por medio de la fidelidad y la virtud. Decir que uno desea casarse con alguien para toda la vida es realmente una proposición difícil que no debe tratarse a la ligera.

 

Si el amor y el sexo no son la misma cosa, debe haber una razón para el sexo en el contexto del amor. El sexo es para la unión conyugal y para la procreación, entre marido y mujer que desean perpetuar su amor en una nueva vida. Ambos aspectos, unión y procreación, fueron diseñados por Dios para que los esposos crezcan en santidad.

 

El amor, si ha de durar toda la vida, debe basarse en la comprensión del ser amado y no en la simple atracción sexual. Debe querer darse al otro en lugar de usarlo para su propia satisfacción. Además, debe estar abierto para traer nuevos hijos de Dios al mundo. Pero el solo amor del cónyuge y de los hijos todavía no es suficiente para llegar al punto final. Es necesario algo más que ayude en los esfuerzos para mantenerse juntos a los que desean casarse. Esa ayuda es el propio sacramento del Matrimonio.

 

Por medio del sacramento del Matrimonio y de la preparación adecuada para el mismo, los cristianos que desean tenerse fe entre ellos mismos, recibirán siempre la gracia necesaria para satisfacer su vocación matrimonial. Aprenderán a amarse uno al otro amando a Dios. Estarán conscientes que su matrimonio no es un simple contrato entre dos personas, sino un pacto sagrado que ha recibido su naturaleza especial de el propio Cristo. Por este estado sacramental y por la naturaleza del propio amor, el matrimonio es indisoluble. Pero la misma naturaleza del sacramento también proporciona a los que lo reciben toda la gracia necesaria para seguir las enseñanzas de Cristo respecto a él. Entre estas está la gracia para pasar la vida matrimonial unidos con Cristo.

 

Con frecuencia los cínicos de la actualidad podrán decir: amar a alguien por toda la vida, después de todo, es difícil. Pero en lugar de ayudar a cumplir con un compromiso, emplean el recurso del divorcio, como liberador. Sin embargo, ese camino sólo conduce a la infelicidad, tanto para los padres como para los hijos. El sendero del matrimonio cristiano puede ser más difícil, pero ofrece el auxilio vital de la gracia para realizar esta tarea y proporciona la única promesa verdadera de la felicidad real en el amor.

 

Este libro es un tratamiento breve, pero completo de las preocupaciones y preguntas más frecuentes de los pastores y de las parejas respecto al matrimonio católico. Para aquellos que tienen poca formación algunas de las recomendaciones prescritas pueden parecer demasiado demandantes. Para los que conocen con más profundidad la doctrina católica, las mismas prescripciones y exigencias pueden ser más reales a medida que pasan los años.

 

Además, la mejor forma de prepararse para el matrimonio es conocer las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre la dignidad y santidad del matrimonio, la naturaleza del sacramento del Matrimonio y los preparativos materiales para la ceremonia. Esperamos que sea útil para los que se están preparando para el matrimonio y para los sacerdotes que ayudan a otros a prepararse. No está de sobra decir que, para los que ya están casados, más de alguna cuestión les puede ser de utilidad.

 

Pbro. Pablo Arce Gargollo

Monterrey, N.L. México

 

Rev. Father James P. Socías

Chicago, IL. USA

 

29 de junio de 1994

Año Internacional de la Familia

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4 comentarios

  1. ESTOS TEMAS SON DE VALIOSO INTERES SIEMPRE Y CUANDO SE DIFUNDAN YA QUE LAS PAREJAS JOVENES, AL MENOS EN MI PAIS, COLOMBIA POCO SE QUIEREN CASAR, SE JUNTAN A VIVIR, PERO NO LE DAN IMPORTANCIA AL MATRIMONIO COMO TAL, COMO SI NO FUESE UN SACRAMENTO VITAL PARA LA VIDA DE LA PAREJA. GRACIAS.

  2. realmente es necesario en estos tiempos este tipo informacion ,es muy educativa para todos los fieles en camino de seguir las enseñansas de nuestro señor jesucristo.

  3. me parece muy buenos estos temas, ¿hay algun libre que me puedan recomendar para ampliar estos mandamientos del divino creador

    por a su atencion gracias

    que dios los bendiga y colme de bienes

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