S. SOTERO (166-175) Nació en Fondi (Lacio), pero su padre era de origen griego. Luchó contra varias herejías: montanista, nicolaíta, adamita, gnóstica…
En aquel periodo una violenta persecución contra los cristianos atenazaba Corinto. I Sotero envió ayudas materiales y el alivio de la fe. Su acción generosa y, caritativa es objeto de elogio en una carta de agradecimiento que Dionisio, obispo de Corinto, envió a la comunidad romana. En favor de los cristianos se elevó imponente la voz del filósofo ateniense Atenágoras, que escribió al emperador Marco Aurelio y luego a Cómodo solicitando el cese de la persecución.
Sotero fue el primero en reconocer a la unión matrimonial el carácter de sacramento. No iba a considerarse válida pues la unión que no hubiese sido bendecida por un sacerdote.
Prohibió a las mujeres que quemaran incienso en las funciones y que tocaran la patena y el cáliz. Esta actitud excesivamente severa con las mujeres hay que imputarla a la particular situación que se produjo con las así llamadas "sinisacte". Estas eran mujeres vírgenes, también jóvenes, que cohabitaban junto con los sacerdotes con el fin de ayudarles, y por ello eran motivo de muchos equívocos, llegando a veces al escándalo.
No es seguro que sea un mártir y no se sabe nada preciso sobre su sepultura.