S. CEFERINO (199-217) Romano. Uno de los primeros actos de su pontificado fue nombrar a Calixto su secretario y responsable de la administración de los bienes ofrecidos a la comunidad. Le encargó en particular la reorganización del cementerio que a él debe su nombre.
Es de ese período la constante aparición de la aureola alrededor de la cabeza de ángeles, santos y de la Virgen María en las representaciones. Este signo ya había sido adoptado en la antigüedad como señal honorífica.
Ceferino se pronunció en favor de la indisolubilidad del matrimonio y defendió el rito del bautismo de algunos intentos de desnaturalización.
Ceferino fue hombre de grandes virtudes, pero no descolló en doctrina y cultura, tanto de ser atildado por Hipólito, sutil teólogo cristiano, de ignorante y de tener poca determinación con la herejía monarquiana. El tema era la fórmula trinitaria, es decir si el Padre y el Hijo eran la misma Persona y quién por lo tanto se había reincarnado.
Ceferino fue sometido a martirio bajo Septimio Severo. Su cuerpo descansa hoy en la iglesia romana de S. Silvestre in capite.