Las amenazas de muerte, si continuaba celebrando la Eucaristía, no consiguieron que el P. Ragheed dejara de ejercer su ministerio sacerdotal. Él debía cumplir el mandato del Señor: «haced esto en memoria mía». Desobedecer a los terroristas islámicos, celebrando la Misa dominical del 3 de junio 2007, le costó la vida. Al salir del templo, le cerraron el paso: «te dijimos que cerraras la iglesia, ¿por qué no lo hiciste?», le gritaron. Él respondió: «la casa de Dios no se cierra». Los terroristas dispararon inmediatamente contra él y los tres subdiáconos que le acompañaban. En este documental, descubrimos la vida de este joven y valiente sacerdote que eligió ser fiel al Señor hasta el final.
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