Tiene una empresa de eventos y es wedding planner, es madre de dos hijos, pero un día descubrió que sufría el síndrome de Lyme. El enfoque de su vida ha cambiado radicalmente.
Rosana Oliver era una empresaria de éxito. Una emprendedora apasionada con un trabajo lleno de belleza… y de estrés: organizaba eventos y era wedding planner.
Hace algo más de 3 años, comenzó a notarse muy cansada. Creía que era culpa del trabajo, porque organizar actos públicos y bodas conlleva mucha coordinación, prisas, cambios de planes, sacar adelante imprevistos de última hora…
«No me cuidaba y estaba muy cansada»
«Yo no me cuidaba», explica. «¿Qué dirías si cuando estás muy cansada, tienes fiebre y te duelen todas las articulaciones hasta el punto de no poder abrazar a tus hijos tu marido te dijera que no vayas al médico porque no pasa nada? Dirías que no te quiere. Pues eso es lo que yo hacía conmigo: me decía que no pasa nada».
Así fue como Rosana fue empeorando hasta que no pudo más. Por suerte, «con mi marido me ha tocado la lotería», confiesa, y es quien le ha ayudado en todo el proceso de cambio de vida, a «valorar lo que de verdad importa».
La picadura de una garrapata
El diagnóstico no fue fácil, pero finalmente los médicos dieron con el problema: Rosana padece el síndrome de Lyme. Lo provoca una bacteria que entra en el organismo por la picadura de una garrapata. «La picadura es como una diana, con un círculo rojo, uno blanco y otro rojo. Cuando la vi, me pareció curiosa pero no le di importancia».
Pasaron años desde la picadura, pero fue así como la bacteria estaba latente en el organismo de Rosana y en el momento en que ella estuvo baja de defensas, el síndrome comenzó a manifestarse.
3 años sin poder trabajar
Contaba 16 años como emprendedora con la empresa Araventum y daba consejos sobre emprendeduría. Había trabajado para Louis Vuitton, la revista Telva… Ahora lleva 3 años sin poder trabajar, pero la invitan a dar conferencias y a promover encuentros sobre cómo mejorar tu vida.
«Yo no digo que estoy enferma, digo que me estoy curando»
Su frase lo dice todo: «Yo no digo que estoy enferma, digo que me estoy curando». Esa actitud ha hecho que pueda ayudar a muchas otras personas a enfrentar su enfermedad. Lo hace a través de su perfil de Instagram, @rosanaaraventum, que ya reúne a más de 11.000 seguidores.
El 3 de mayo de 2017 dijo abiertamente que tenía el síndrome de Lyme y, por sorpresa, la avalancha de cariño y apoyo que recibe desde entonces a través de esta red social es inmensa. Lo que ha hecho también que aparezca en actos públicos para brindar su testimonio.
«Es el mejor de los aprendizajes»
Rosana está convencida de que el tiempo que lleva sin poder trabajar «sin embargo está siendo un máster de la vida y el mejor de los aprendizajes».
Su testimonio es potente: «La enfermedad resultó ser un regalo, aunque haya sufrimiento. Me sirvió para ponerme en mi sitio. Me ha hecho darme cuenta de lo que de verdad importa»: sus hijos, su hermana Lorena (socia de su empresa), su marido, la amistad verdadera, la familia…
En Navidad, en pleno tratamiento desde el hospital escribió: «Día 7 – Semana 2. Y 2019 años después, seguimos celebrando su nacimiento…Y yo este año, más que ninguno, lo siento dentro de mi corazón. Os quiero pedir un favor, esta noche, desde los que tendréis una noche muy tranquila, hasta los que estaréis con mucho follón de familiares y amigos, a ver si podéis acordaros de deteneros por 1 min, respirar hondo, mirar detenidamente a vuestro alrededor, a las caras y el brillo en la mirada de los que os rodean. Mirar esa mesa puesta con todo el cariño, lo que vais a disfrutar cenando esas delicias que alguien ha dedicado tiempo a cocinar, los abrazos y las risas, incluso las quejas de algún familiar gruñón, y un recuerdo a los que ya no están… y daros cuenta de lo afortunados que somos«.
Rosana va por la 4ª semana de tratamiento. Entra y sale del hospital. Escribió en el post más reciente una verdad que a todos se nos olvida: dar gracias por lo que somos y tenemos.
Recuperar la capacidad de asombro en la vida
«Me levanto cada día y yo sola me ducho, me visto, me preparo el desayuno, el termo, llego al hospital, voy a admisión, subo a planta, me instalo…Hacía tiempo que no podía hacer algo así tantos días seguidos, llegaba un momento en que el cuerpo se paraba en seco.(…) Cada día, todos y cada uno de los días de nuestra vida, no solo se nos cubre de regalos, también estamos rodeados de milagros. Y muchas veces ni los apreciamos, ni los valoramos, ni siquiera nos damos cuenta de que están ahí, lo damos todo por sentado. (…) La mayoría en algún momento dejamos de asombrarnos de todo eso, de maravillarnos. Yo doy las gracias cada día por haberla recuperado gracias a este proceso que estoy viviendo».
Para qué me pasa esto
Muchos se preguntarán si Rosana no está molesta por padecer el síndrome de Lyme. ¿Por qué a ella? Y ella misma responde: «No es por qué sino para qué. Para qué me pasa esto«. Y, en su caso, es grande la ganancia: «La enfermedad sirve para hacernos crecer hacia el amor incondicional«. Esa es la fuerza que transmite en las entrevistas y en su Instagram.
Por Dolors Massot
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