Según un vídeo difundido a través de WhatsApp, la Cruz Roja Americana ha afirmado supuestamente que las personas que han sido vacunadas contra la covid-19 no pueden donar plasma para tratar a otros enfermos infectados con el SARS-CoV-2, ya que la vacuna “destruye los anticuerpos naturales de los pacientes”. Es ENGAÑOSO. La Cruz Roja Americana ha establecido que no todos los pacientes pueden ser admitidos en el momento para donar plasma de convaleciente, pero esto depende más del tipo de vacuna que ha sido administrada que de si se ha recibido la vacuna o no. En cualquier caso, no se deniega la donación, sino que en ciertos casos se pide retrasarla dos semanas para algunos tipos de vacunas.
“Aquellas personas que hayan recibido la vacuna de la covid-19 no puede donar plasma de convaleciente […] ya que, aunque el plasma está hecho de anticuerpos de personas que se han recuperado del virus, la vacuna los elimina, lo que hace que el plasma de convaleciente sea ineficaz en otros pacientes con covid-19”
La Cruz Roja Americana ha emitido un comunicado aclarando que no está denegando la donación de plasma de convaleciente a pacientes que han sido previamente vacunados sino que establece unos tiempos de espera para algunos casos específicos. “Estamos siguiendo la guía de admisión de donantes de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, en inglés) para aquellos que han recibido una vacuna contra la covid-19”, indican en su página web. “Los tiempos de espera [de la donación] pueden variar en función del tipo de vacuna que se haya administrado”, añaden.
Para confirmar que el voluntario es adecuado para donar sangre, la organización está pidiendo que se traiga la cartilla de vacunación. Así, aclaran que los pacientes vacunados con las inyecciones de AstraZeneca, Janssen/J&J, Moderna, Novavax (todavía no aprobada) o Pfizer, son perfectamente admisibles.
Los retrasos son para los candidatos que hayan recibido inyecciones con virus atenuados (ninguna de las aprobadas tanto en Estados Unidos como en Europa lo son), que desconocen qué vacuna recibieron, o que no pueden demostrar qué tipo de fármaco le han inoculado. En estos tres supuestos la persona no queda descartada para siempre del proceso, sino que debe esperar dos semanas antes de donar sangre.
Una cuestión de seguridad para el paciente
Lo que es completamente falso es que detrás de esta prórroga de la vacunación esté el motivo que esgrimen en el vídeo: que la vacuna borra los anticuerpos generados de forma natural por el individuo. “Para una persona que haya pasado la enfermedad la recomendación es, done o no, recibir solo una dosis, no dos, porque lo que hace es recordar a sistema inmune que produzca anticuerpos”, indica a Verificat Cristina Arbona, vocal de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), y directora del Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana.
En realidad, esta demora responde más a cuestiones de seguridad sanitaria: “Los virus atenuados se pueden replicar y si tú le pones el plasma o las plaquetas a una persona que está inmunodeprimida, le puedes provocar una enfermedad si ese virus se replica. Es una medida de precaución para el receptor”, señala la experta que añade que, de hecho, no solo pasa con las vacunas contra la covid-19. “Esta recomendación de limitar la donación a una o dos semanas tras la administración de la vacuna se aplica a cualquier inyección frente a cualquier tipo de virus que esté hecha con virus atenuado”, concluye.
El plasma ya no es tan necesario
Al principio de la epidemia del SARS-CoV-2, el plasma se comenzó a utilizar para tratar a los pacientes con covid-19. Se trata de un compuesto obtenido a través de la sangre del donante al que se le quitan los glóbulos, separando el líquido (plasma), y los anticuerpos. Al no haber tratamiento alternativo disponible, se ha empleado para tratar enfermos de covid-19, aunque por el momento ninguna investigación ha sido capaz de demostrar que realmente sirve para reducir la mortalidad en pacientes graves. Sin embargo, aún hay dudas en estadios más tempranos de la enfermedad, aclara Arbona.
El descubridor del plasma convaleciente, Emil Adolf von Behring, recibió en 1901 el primer Premio Nobel de Medicina de la Historia por ello. Sin embargo, “hoy en día la eficacia de los antibióticos y otros tratamientos hace que sea innecesario administrar plasma de convalecientes para tratar cualquier enfermedad”, apunta la doctora. El plasma, en general, se utiliza cuando un paciente ha sufrido quemaduras graves o ha perdido mucha sangre, pero no usa para una enfermedad concreta.