Estos días está circulando en WhatsApp un hilo que enumera ocho supuestos ingredientes que contendrían las vacunas (no especifica ninguna marca). Se trata de una lista FALSA, pues no es cierto que las vacunas estén compuestas de todos (ni la mayoría de) ellos y tampoco hay pruebas de que la inyección o el ingrediente en sí mismo causen esos efectos en las proporciones suministradas. |
“¿Puedes decirme los componentes que lleva la vacuna que te quieres poner? Como lo normal es que digan que no, les paso la lista con algunos: aluminio (provoca Alzheimer), thimerosal (autismo), polisorbato-80 (esterilidad, bajada de la inmunidad e inflamaciones), sorbitol trioleato (inflamaciones), neomicina y desoxicolato (son inmunotoxinas), gentamicina (encefalitis), formaldehído y ‘netapropilectona’ (cancerígenos), polimixina y escualeno (neurotóxicos)”
De todos los ingredientes citados, sólo el polisorbato-80, un emulsionante, la beta-propiolactona (mal escrito en el mensaje) y el aluminio (pero como hidróxido) están presentes en algunas de las vacunas contra el covid-19 que tienen los prospectos disponibles. Que contengan el polisorbato-80, están los viales de AstraZeneca, Janssen, CanSino, Covishield y Sputnik V, tal y como se puede observar en los prospectos de cada fármaco. La beta-propiolactona se usa en una vacuna china, la Sinopharm Wuhan, para inactivar el virus vector. Las sales de aluminio, que funcionan como adyuvantes desde los años 70, se han visto en las vacunas de CoronaVac, Covaxin y Epivac; el aluminio funciona también como compuesto de los envoltorios de las vacunas.
El polisorbato-80
El polisorbato-80 solamente está asociado con algunas inflamaciones. Aunque el mensaje asegura que causa “esterilidad, bajada de la inmunidad e inflamaciones”, no hay evidencia científica que lo sustente. Se trata de una molécula que se utiliza en algunas inyecciones contra la gripe y otras enfermedades —de hecho, muchas vacunas infantiles como Prevenar, Gardasil 9 o Trumenba llevan polisorbato—. También actúa como adyuvante, es decir, es “un producto para reforzar su acción” y ayuda a aumentar la respuesta inmunológica del paciente, explica Rafael Padrós, responsable del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y experto en vacunas. Además, este compuesto también se utiliza como estabilizante y emulsionante en la industria alimentaria. La beta-propiolactona, por su lado, es cancerígena de manera natural en otras circunstancias, pero no en la forma en como se ha utilizado en la vacuna.
Las agencias reguladoras de medicamentos como la europea o la americana insisten en que tanto el polisorbato-80 como el resto de ingredientes con los que se hacen las vacunas son seguros en las cantidades que contienen. De hecho, para que se apruebe cualquier medicamento, se deben llevar a cabo diferentes ensayos clínicos en los que se demuestre que estos son eficaces y, sobre todo, seguros, como explica la Asociación Española de Vacunología. Eso no significa que no vayan a tener efectos secundarios —todos los fármacos del mundo los tienen— pero, al menos, se ha garantizado que “las reacciones adversas graves son muy infrecuentes”.
Los otros elementos
Entre los compuestos que cita el mensaje, algunos elementos sí se utilizan como ingredientes para fabricar vacunas, pero no en las de la covid-19. El timerosal se usa en algunas vacunas de la gripe, aunque su presencia en la fabricación y conservación de algunas vacunas es cada vez menor; el sorbitol trioleato es un ingrediente de algunas vacunas de la gripe y se considera que puede provocar alguna reacción alérgica; la neomicina es un compuesto de algunas vacunas de la gripe o la rabia, por ejemplo, o la gentamicina, el formaldehído, polimixina o el escualeno, todos ellos usados en vacunas que se distribuyen habitualmente en España pero no las que combaten el coronavirus, según la lista de vacunas y alérgenos de la Asociación Española de Pediatría. El desoxicolato es un medicamento que se inyecta en la zona del cuello para reducir la grasa.
El MRC-5 no es tejido pulmonar de un feto abortado
El mensaje también cita entre los supuestos ingredientes de la vacuna el MRC-5, que asegura define como tejido pulmonar de un feto abortado. Es ENGAÑOSO, como ya os hemos explicado, porque si bien algunas vacunas se han elaborado a partir de células embrionarias, se trata de copias obtenidas en laboratorio y en ninguno de estos casos se trata de la MRC-5.
“¿Puedes decirme los componentes que lleva la vacuna que te quieres poner? Como lo normal es que digan que no, les paso la lista con algunos […] MRC-5 es tejido pulmonar de un feto abortado varón caucásico de 14 semanas, buscad esto también en la wikipedia”
Las líneas celulares son células de un único tipo (sobre todo células animales) que se han modificado para reproducirse continuamente en el laboratorio y que se usan sobre todo en investigación. En su origen, según un artículo en Nature, las líneas celulares empleadas en la fabricación de AstraZeneca, cuyo nombre es HEK-293, se obtuvieron a partir de células embrionarias de un riñón humano en los años 70. La vacuna de Janssen también ha utilizado líneas celulares, en este caso la PER.C6, derivada de células de retina embrionarias desarrollada en 1985, según un artículo en Nature. Las MRC-5 son otro tipo de líneas celulares, en ese caso sí, obtenidas a partir de tejido pulmonar de un feto varón de 14 semanas que fue abortado legalmente en 1966 pero no se han usado para ninguna de las vacunas de la covid-19.
Eso no significa que una vacuna se fabrique a partir de células procedentes de bebés humanos abortados, sino que originariamente los investigadores necesitaron estas células procedentes de unos fetos muy concretos para conseguir una línea celular como la de las células embrionarias de riñón.
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Este artículo está lleno de errores, por lo que parecería propaganda pagada de los laboratorios para promover la vacuna.
Dice el subtítulo: «El MRC-5 no es tejido pulmonar de un feto abortado» y es mentira. El MRC-5 sí es tejido pulmonar y proviene de un embrión humano saludable, abortado de una madre de 27 años, en septiembre de 1966 en el «Medical Research Council», de ahí las iniciales MRC. Otras células, llamadas MRC-9 del mismo centro, provienen de un bebé abortado a las 15 semanas de gestación, debido a que la madre «no estaba casada».
Las células HEK-293 (Human Embrionic Kidney) son células de riñón de un embrión, provenientes de un aborto realizado en Holanda en los años 1970’s – probablemente en 1972, en contra de un bebé sano, por el investigador Frank Graham, bajo las órdenes de profesor Alex van der Eb.
¡El número 293 se debe a que éste fue el experimento No. 293!
Por lo tanto, cuando hablamos de HEK-293, estamos hablando del bebé número 293 abortado para cultivar las células de sus riñones continuamente.