2.ª Las dos naturalezas están íntimamente relacionadas, pero son independientes. El Concilio de Calcedonia lo expresa diciendo que están -sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación en la persona de Cristo.
3.ª Cristo es una sola persona. Cuando Cristo actúa es uno solo el que actúa. Unas veces actuará según la naturaleza humana, otras según la divina. La unión entre lo humano y lo divino es muy íntima. A través de esta unión la divinidad santifica a la humanidad y la eleva a una altura única.
4.ª Cristo preexiste antes de todas las cosas: La segunda persona de la Santísima Trinidad es eterna por ser Dios, por eso Cristo preexiste a todas las cosas, y por ese poder nos salva. San Pablo dirá: «porque en El fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles» fuego añade: «Todo fue creado por El y para El» (Col. 1, 13-20) Por eso Jesús puede decir con verdad «antes de que Abrahán fuese, yo soy» (Jn. 8, 58)
5.a Cristo es semejante a los hombres en todo menos en el pecado: Porque las acciones las ejecuta la persona, y pensar que la persona divina puede pecar es absurdo.
«El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (In. 14, 9)