(Al final de la semana del Sínodo de los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, el Arzobispo José H. Gomez fue entrevistado por Deborah Castellano Luboy para la Agencia internacional noticiosa Católica, Zenit. Aquí se presentan segmentos de esta conversación)
Arzobispo Gomez, ¿qué cree que la Iglesia debe transmitir a los jóvenes?
Dios está con nosotros todo el tiempo y Él tiene un hermoso plan para nosotros. Los jóvenes de Estados Unidos deben entender que son el presente de la Iglesia, no sólo el futuro. Son absolutamente esenciales para la vida de la Iglesia. Queremos su plena participación y aportación. También les diría que no tengan miedo de hablar con los sacerdotes y obispos, ya que estamos totalmente abiertos a escucharlos y queremos ayudar.
¿Cuál sería su consejo para los jóvenes que desean seguir las enseñanzas y el llamado de la Iglesia, pero que aún no hallan la manera?
Creo que comienza con el encuentro personal con Jesucristo. De lo contrario, estás perdiendo tu tiempo y esfuerzo, porque no sabes para qué sirven. Jesús mismo lo dio todo por nosotros, hasta el punto de dar su vida, hasta la crucifixión. Se supone que estamos imitando a nuestro Señor Jesucristo. Entonces, este desafío es para nosotros también, para sacrificarnos y darnos de manera similar, para conocer realmente a Jesús, porque de eso se trata nuestra fe católica. No se trata de obispos o sólo cumplir con regulaciones u objetivos, se trata de Jesucristo. Creo que se trata de nuestro ejemplo, cómo hacemos las cosas, cómo atraemos o inspiramos a estos jóvenes para perseguir ese encuentro personal con Jesucristo.
¿Qué recomendaciones prácticas les daría a los jóvenes que quisieran conocer mejor a Jesús en sus vidas diarias?
Las cosas que siempre recomiendo son: primero, oración. Hablar con Dios y escuchar a Dios. A veces es difícil para los jóvenes entender que Dios está presente en nuestras vidas todo el tiempo. Pero esa es la verdad. Fuimos creados por Dios, con la generosidad y el amor de nuestros padres. Pero Dios es el que nos mantiene vivos. Él lo sabe todo y está interesado en nosotros y en todos los aspectos de nuestras vidas. Segundo: leer el Evangelio. Es importante leer la vida de Jesús porque el cristianismo es acerca de Jesucristo. Al igual que muchas personas están interesadas en saber todo sobre las celebridades o figuras deportivas, o personas importantes en nuestras vidas, tiene sentido conocer a quien más importa: Jesús. Tercero: la Santa Comunión, porque en la Santa Comunión recibimos a Dios mismo. Los jóvenes tienen una increíble devoción por la Eucaristía. Lo he visto en Los Ángeles, lo importante que es para ellos, tener la exposición del Santísimo Sacramento. Es hermoso ver cómo estos jóvenes se sienten atraídos por la presencia de Jesús en la Eucaristía. La oración, los Evangelio y la Eucaristía, son esenciales. Entonces, obviamente, uno debe servir a las personas, porque no se trata sólo de nosotros mismos, sino de mejorar la vida de los demás.
¿Qué le diría a un joven que siente que la Iglesia es prejuiciosa porque las mujeres no pueden ser sacerdotes o votar en un sínodo?
La Iglesia comenzó con dos mujeres, la Santísima Madre y Santa Isabel. Las mujeres son absolutamente esenciales para la Iglesia. Todos participamos en el sacerdocio común de nuestro Señor Jesucristo. El hecho de que algunos sean sacerdotes y las mujeres no puedan ser sacerdotes para mí no disminuye su increíble importancia en la Iglesia. Desde mi punto de vista, no es lo esencial. Nuestra Santísima Madre no era sacerdote, pero ella es la madre de Jesús. Eso es mucho más importante que cualquier sacerdote.
Durante este Sínodo fue el 40 aniversario de la Primera Misa de San Juan Pablo II, y su fiesta. ¿Cómo puede ser un modelo para la Iglesia hoy?
Bueno, él fue un modelo para mí. Estoy celebrando mi 40 aniversario de ser sacerdote. Fui ordenado en agosto de 1978, y se convirtió en Papa en octubre. Todo mi sacerdocio ha sido bajo el pontificado de Juan Pablo II. Fue un maravilloso ejemplo para todos nosotros, para los sacerdotes, los obispos, para todos, sobre cómo ser fieles a Dios y, al mismo tiempo, entregarse completamente a las personas, hasta su muerte. Fue hermoso ver a ese pontificado. Haber venido de la nada, un país que sufrió persecución, luego convertirse en el Santo Padre y evangelizar en todo el mundo, dejó un gran impacto y fue muy inspirador para mí y para muchos otros en todo el mundo.
¿Hay algo más, Arzobispo Gomez, que le gustaría agregar?
Creo que tengo muchas esperanzas de que las cosas vayan en la dirección correcta en el futuro y es importante que nos demos cuenta de que con la gracia de Dios podemos hacer todo. Piensa en lo que Jesús pidió a los apóstoles que hicieran: que se unieran. Tenían diferencias entre ellos, pero trabajaban juntos. Es importante para todos nosotros ser muy positivos. No es nuestra Iglesia, sino la Iglesia de Cristo. VN
2 de Noviembre de 2018
Los escritos, homilías y discursos del arzobispo se pueden encontrar en ArchbishopGomez.com
El obispo José H. Gomez es actualmente Arzobispo de Los Ángeles, California, la comunidad católica más grande en USA. Es también Vicepresidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y forma parte de la Comisión Pontificia para América Latina.
En su ministerio, el Arzobispo José Gómez anima a la gente a seguir a Jesucristo con alegría y sencillez de vida, buscando servir a Dios y a sus vecinos en sus actividades diarias ordinarias.
Ha desempeñado un papel decisivo en la promoción del liderazgo de los hispanos y las mujeres en la Iglesia y en la sociedad estadounidense. Es miembro fundador de la Asociación Católica de Líderes Latinos y de ENDOW (Educación sobre la Naturaleza y la Dignidad de las Mujeres).
Durante más de una década, el Arzobispo Gómez ha sido una voz clara sobre cuestiones morales y espirituales en la vida pública y la cultura estadounidense. Ha desempeñado un papel principal en los esfuerzos de la Iglesia Católica para promover la reforma migratoria y es autor, entre otros libros, del titulado: Inmigración y la próxima América: renovando el alma de nuestra nación.