La ambición de un ladrillo | Colaborar en proyecto divino

Pbro. José Martínez Colín

1) Para saber

El gran inventor y científico Thomas Alba Edison, no fue muy buen estudiante, pero sus ganas de trabajar, su curiosidad bien orientada y su talento, lo llevaron al éxito. Inventó el telégrafo, mejoró el teléfono, creó el fonógrafo y la lámpara eléctrica, y muchos otros artefactos. Cuando le preguntaban cómo llevó a cabo todo ello, decía que la genialidad consiste en uno por ciento de inspiración y de 99 por ciento de trabajo. Hay que trabajar mucho, y eso es lo que hecho durante mi vida, concluía.

En sus acostumbradas Audiencias del miércoles, el Papa Francisco ha querido dedicar varias a reflexionar sobre San José. Comentaba que los evangelistas se refieren a él como el “carpintero” u “obrero de la madera”, quienes en los tiempos de Jesús también fabricaban arados y ayudaban en la construcción de las casas. Oficio duro y no bien remunerado. Jesús, que aprendió y ejerció el oficio de su padre, elevó y dignificó el trabajo humano.

2) Para pensar

Louis Kahn, llamado el “Arquitecto de la luz”, de origen estonio, es uno de los arquitectos que más influyó en el siglo XX. Dedicó parte de su vida a la enseñanza. En sus clases, teniendo a su espalda imágenes de grandes construcciones, sostenía en su mano un ladrillo mientras preguntaba a sus alumnos: “¿Qué es esto?” Ante la respuesta de sus alumnos, les decía: “Incluso un ladrillo quiere ser algo más. Tiene ambiciones. Un simple y ordinario ladrillo quiere ser algo mejor que esto. Así debemos ser todos”. Grandes y hermosas construcciones son gracias a humildes y comunes ladrillos. Bastaría admirar los ladrillos maravillosamente dispuestos en el bosque de columnas de la Sala Hipóstila de la Gran Mezquita de Córdoba.

Nuestro trabajo o actividad, sea cual fuere, por humilde y común que sea, tiene una gran dignidad, pues como afirma San Josemaría Escrivá: “el trabajo es un don de Dios… es testimonio de la dignidad del hombre… es ocasión de desarrollo de la propia personalidad. Es vínculo de unión con los demás. Fuente de recursos para sostener a la propia familia; medio de contribuir a la mejora de la sociedad, en la que se vive, y el progreso de toda la Humanidad” (Es Cristo que pasa, n. 47).

3) Para vivir

El trabajo es un componente esencial en la vida humana, y también camino de santificación. No se debe permitir que se convierta en motivo de injusticia social. El Papa Francisco mencionó que es hermoso pensar que Jesús mismo trabajó y aprendió este arte propio de san José. Nos invita a preguntarnos con qué espíritu lo hacemos, qué sentido le damos, cómo afrontamos el esfuerzo, si sabemos verlo como un servicio y ayuda a los demás.

Siempre será necesario recuperar el valor del trabajo, para que sea un derecho y deber fundamental de la persona, que expresa e incrementa su dignidad. El Papa quiso manifestar su solidaridad rezando por quienes sufren a causa del trabajo, personas explotadas o que no encuentran un trabajo digno. Invitó a recuperar el sentido del trabajo, como elemento esencial que dignifica al hombre y coopera a su santificación. Trabajar como lo hicieron José y Jesús, para que nos permita colaborar en un proyecto que, a fin de cuentas, es el proyecto de Dios. (articulosdog@gmail.com)

28 de enero de 2022


Padre José Martínez Colín: Ingeniero en Sistemas por la UNAM, Licenciado en filosofía por la Universidad Panamericana y Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra.

Capellán del Colegio Chapultepec en Culiacán.

Lleva más de 20 años dando clases sobre todo de Lógica y Gnoseología en el Seminario de Culiacán.

Por 20 años a publicando artículos en varios periódicos del país, sobre todo comentando lo dicho por el Papa.

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