“Quiero que me escuche”, “es que nunca escuchas”. Este es el ejemplo típico de una pareja que como muchas se aleja uno del otro ante la incapacidad de escucharse. No todos nacemos con el regalo de ser buenos oyentes, la mayoría lo tiene que aprender. El aprendizaje no es fácil porque requiere de toda la voluntad y la paciencia de los aprendices porque si se quiere, como todo aquello que nos proponemos, se puede. Un compañero o compañera debería decirle al otro: “mientras hablas yo escucharé y construiré contigo”. Algunas veces te escucharé como tu albañil, otras como tu ingeniero, en otras situaciones te ayudaré a poner los ladrillos o simplemente te observaré en silencio, quizá me convertiré en un profundo acantilado para que seas capaz de escuchar tu propio eco. Te escucharé con paciencia, atención y curiosidad. Tendrás en mí a un mejor amigo(a) y aquel que más te quiere. Al comunicarse y escuchar, esto es lo que busca cada uno de los miembros de la pareja: acercarse el uno al otro emocionalmente y no alejarse. Mejor, espiritualmente.
Todos los días una parte de mi rutina diaria encierra escuchar historias, sueños, ambiciones, confusiones, crisis, y dudas en torno al corazón. Nací para escuchar, es un regalo que Dios me dio y es el mismo que me da la certeza que en la pareja, en los matrimonios, tanto el hombre como la mujer tienen que aprender a escuchar si quieren superar conflictos, establecer valores y sentidos, si quieren ser felices. Los novios o esposos tendrían que esforzarse por aprender habilidades avanzadas de comunicación. Entre esas habilidades esta saber escuchar a un nivel más profundo, aquel que está más allá de la superficie, así es como escuchamos los life coach. La habilidad de escucha de un coach puede ser comparada siguiendo la estructura de la piel. Si tomas un microscopio y colocas un pedacito de piel para mirarla, pronto te darás cuenta que la piel está formada por distintas capas: una exterior llamada epidermis; una interior llamada dermis y una aún más interior llamada hipodermis. Un coach escucha tu relato atravesando cada una de estas capas, esto es precisamente lo que todas las parejas enamoradas deberían aprender. Aprender a escuchar aprendiendo habilidades avanzadas de comunicación, para ello se necesitará de un tiempo para practicar, de paciencia, compromiso y, sobre todo, de mucho amor.
El ser humano es aquel ser que escucha y que sabe que está escuchando. Aprender a escuchar bien es una respuesta al llamado de la vida que invita a amar bien, a meterse en la piel de la pareja, de su necesidad afectiva, emocional y de su sufrimiento. En la medida en que se tiene clara la dignidad del otro, mejor se le escucha.
A mí me pasaba desde muy jovencita (siendo casi una niña) que me gustaba mucho ir por las noches o por las tardes a la habitación de las muchachas del servicio. Me fascinaba escuchar sus historias, el timbre de su voz, notar el cambio de geografía en su cara y en su cuerpo al relatarme su vida, compartirme su corazón y muchas veces derramar lágrimas. Sus lágrimas y dolor era lo que más me conmovía. Escuchar me ha representado una gran pasión desde muy pequeña, un misterio de lo que es la experiencia del hombre, una necesidad de estar ahí y ayudar a ver con claridad, a avanzar, a creer, acompañar, irlos llevando por medio de este atento proceso de escucha a descubrir el sentido de sus vidas, los anhelos de su corazón, la comprensión de su mundo afectivo y emocional, la conexión con su dignidad: todos tenemos necesidad de hablar y de ser escuchados. Esto nos da seguridad y felicidad.
¡Cuántas relaciones se podrían salvar si cada uno escuchará al otro completamente con todos sus sentidos!
Sheila Morataya
Austin, TX
sheilamorataya.co
Favor ayuda en relacion a una verdadera relacion familiar, pareja, hijos, entre otros. Gracias