Este es un Año Santo que es ofrecido por Dios a su pueblo, es un año para ti y para mí que nos invita a descubrir y vivir a Dios y en Dios con una nueva conciencia y entusiasmo.
Privilegiada yo que he estado en Roma en dos ocasiones durante este año y he podido descubrir el inmerecido e inmenso amor que Dios tiene por mí y por cada uno de sus hijos.
“Misericordiosos como el Padre” es el lema del logo jubilar que muestra al Hijo misericordioso , que recuerda al Buen Samaritano, al llevar sobre sus hombros como si fuera un cordero, al hombre extraviado para ponerlo a salvo.
¿Cuantas veces tú y yo no nos hemos extraviado y tomado otros caminos buscando una espiritualidad que persigue el bienestar y huye del sufrimiento? ¿Cuantas veces a causa de la oscuridad en la que se ha caminado no se toma otra senda pensando que por ella el individual sufrimiento será aliviado y por fin se descansará de tanto peso y tanta fatiga en el alma?
Buscamos el Amor que se nos da a manos llenas de mano de nuestra Iglesia y lo que hacemos es despreciarlo.
Muchos nos hemos atrevido a decir: “A mí no me preguntaron de niño ser bautizado” o “nadie me preguntó si quería creer o tener estas creencias”. “Nos domestican”, dicen otros.
Y yo digo: “¿Acaso siendo imagen y semejanza de Dios no es esto lo más lógico?”
Bendito mi padre y mi madre y los padres de mis padres que generación tras generación nos han educado bajo este principio de vida.
Ser cristiano no es un regalo que cada ser humano sobre la tierra tiene. Ser cristiano es un gran privilegio y una gran tarea pues se trata de llevar sentido de la vida, la finalidad de la existencia, la creencia en la vida eterna a otros. Tal es el Amor De Dios por cada uno. Y es el Amor la meta de este Jubileo Extraordinario, iniciado el 8 de diciembre y día de la Virgen de la Inmaculada Concepción y día en que Nuestro Padre Francisco abre la Puerta Santa en San Pedro a donde yo he tenido el privilegio de estar hace tan solo unos días.
No debes pasar por alto queridísimo lector este año Santo para tu camino espiritual. No seas un católico adocenado como lo he sido yo tantas veces y que si ahora puedo escribir estas cosas es sólo porque cuando uno se acerca al Señor y empieza a trabajar junto a Él, de una forma inmerecida.
Él arroja unas espectaculares gracias en tu mente, tu alma y en tu corazón y te da una dosis tan tierna de amor que solo puede llamarse Misericordia y esa es precisamente la Misericordia De Dios, un Amor inesperado, sanador, vivificante y energizante que absorbe toda tu mente y todo tu corazón otorgándote una mirada nueva para vivir en el mundo y humanizarlo desde la raíz por medio de Cristo el Señor Dios del Universo y tu alma y la mía.
Te invito pues a que si te encuentras en “momentos en los que de manera más fuerte estamos llamados a tener fija la mirada en la misericordia (Papa Francisco) lo hagas puesto que sólo teniendo la experiencia Viva de lo que esto es en tu vida vas a despertar a tu vocación cristiana y con mucha alegría vas a salir corriendo a las calles como lo hizo la Gran Apostola Magdalena: “! Ha resucitado, Jesús ha resucitado!” Y eso querido lector es la abundancia de Su Misericordia por ti.
Amén.
Paz, alegría y bien.
Sheila Morataya
Austin, TX
sheilamorataya.co
Este articulo es una exortación que nos prepara a evangelizar a los que tenemos a nuestro lado, predicando con el ejemplo. Difícil tarea mas no imposible. Gracias por la invitación licenciada