¿Derechos sexuales y reproductivos de los niños?

En una ocasión un grupo pequeño de porros entraron a golpear personas a una oficina, iban golpeando a quién se les pusiera enfrente, los policías en lugar de hacerles frente, se replegaron y protegieron en donde pudieron cerrando puertas, un trabajador estaba siendo golpeado en el suelo cuando una secretaria se enfrentó al golpeador y le dijo, ¡Ya déjenlo! ¿Por qué le pegan? Mientras se interpuso para proteger a quién estaba en el suelo, el golpeador se retiró profiriendo amenazas.

Cuando le pregunté después a la secretaria –madre de tres hijos- que la había impulsado a hacer eso, me dijo que no sabía, que simplemente lo quiso proteger, lo curioso es que a ella quizá también la hubieran golpeado, y sin embargo, su determinación sin amenazas, sólo el gesto de proteger al caído hizo que el agresor se detuviera, el contraste con los uniformados que sólo acertaron a protegerse ellos mismos fue increíble.

Me llama mucho la atención cuando los gobiernos pretenden proteger a los niños, y para hacerlo lo primero que se les ocurre es quitarles la protección de los padres de familia. Entiendo que hay algunos malos padres de familia que no están dispuestos a proteger a sus hijos, sin embargo, es más probable que haya malas autoridades que mucho menos quieran o sepan proteger a niños desconocidos.

El asunto lo traigo a colación por la iniciativa de la Ley General para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes que el presidente Enrique Peña Nieto presentó al Senado para su aprobación en un plazo no mayor a 30 días. En la discusión de las distintas comisiones de legisladores, hicieron varias modificaciones, entre ellas una en la que se borra del texto la protección de los padres y además se privilegia la protección del Estado.

Curiosamente, estas modificaciones asumen la misma postura que en su momento tenía la propuesta de Ley para los Jóvenes del DF, a la que me referí en otra reflexión y que por cierto fue vetada y regresada para ser modificada por parte del jefe de gobierno de la Ciudad de México.

El otro aspecto que llama la atención en las modificaciones que se hacen a la iniciativa de ley, es la promoción de “derechos sexuales y reproductivos” para niñas, niños y adolescentes, entiendo que existe y es necesaria la salud y la educación sexual y reproductiva en la formación de los menores, y que esta debe ser de acuerdo a su desarrollo físico y psicológico, y además acompañada en la comunidad educativa entre padres de familia y maestros, pero de ahí a promover “derechos sexuales y reproductivos para los niños” me parece un despropósito.

Me parece que las condiciones de desarrollo físicas y psicológicas de los menores, llamados con propiedad adolescentes, nos dan una idea clara de la necesidad de una atención y protección especiales, cómo incluso dice el título de la propuesta de ley, y precisamente por eso, es que el papel de los padres es el más importante en ese proceso.

Es muy importante que los padres de familia asumamos nuestra responsabilidad de educar y cuidar a los hijos de la mejor manera posible, apoyándonos subsidiariamente en la escuela o en instituciones estatales para algunos aspectos de educación y salud, que rebasen las capacidades de los padres y la familia, pero de ninguna manera renunciar al deber principal de los papás para los hijos, y mucho menos permitir que una legislación arrebate el –este sí- derecho de los niños a sus padres y de los padres a la educación y cuidado de los hijos.

Hago oración para que el Espíritu ilumine a los legisladores, y apelo a su razón para que su sensatez defina los cambios para corregir la ley que van a votar mañana, también les escribo para darles a conocer mi opinión, que por sentido común es mayoritaria, ya que hay muy pocos legisladores y autoridades, y en cambio somos muchísimos los padres de familia, y finalmente les pido a los padres de familia que también hagan oír su opinión, y que no dejen de asumir su responsabilidad en el cuidado de los pequeños.

 


Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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