San Sulpicio Severo (353-400)
Cuando tenía treinta y cinco años, abandonó su brillante carrera jurídica para volcarse enteramente en Dios. Sulpicio pasó el resto de su vida retirado en una pequeña propiedad cercana a Carcasona, Francia, dedicado al estudio y a la composición de múltiples obras.
San Gildas o Gildosio, el Sabio (500-570)
San Gildas es el santo de la Bretaña, Gales, Cornualles e Irlanda, en donde desplegó un gran celo apostólico. A lo largo de su vida se distinguió por convertir muchas almas y reformar numerosos monasterios. De él conservamos la obra más antigua que se conoce sobre la historia de Inglaterra: Acerca de la ruina y conquista de Bretaña.
San Pedro Nolasco (+1249)
Fue un rico comerciante, de origen provenzal, pero radicado en Barcelona. Entregaba sus ganancias para la redención de cautivos en el norte de África. Inspirado por la Virgen, fundó la Orden de los Mercedarios, dedicada a esto mismo, y la cual exigía de sus monjes un cuarto voto: quedar como rehenes si ello era preciso para liberar a los cristianos presos.