Santoral 21 de julio | San Lorenzo de Brindisi, San Víctor, San Alberico Crescitelli y San José Wang-Yumel

San Lorenzo de Brindisi, presbítero y doctor de la Iglesia (1559-1619)

San Lorenzo nació en Bríndisi el año 1559.  Hijo de noble familia, recibió en el bautismo el nombre sonoro de Julio César.  Muy aguerrido era de niño y se cuenta que ya a los seis años,  admiró a todos hablando de Dios.  Muerto su padre, César se refugia con su madre en Venecia.  En Verona consagra su corazón a Jesucristo en la Orden Capuchina, con el nombre de Lorenzo.

Recibió una extensa y profunda formación teológica y bíblica.  Además de los principales idiomas modernos, conocía bien el griego, el hebreo, el arameo, el caldeo y el siríaco.  Recorre toda Italia y, con la fama de religioso austero, hombre cultísimo, predicador iluminado y polemista eficaz, se dirige a Viena con doce compañeros.  Se establece sucesivamente en Viena, en Graz y en Praga.  

El Papa Clemente VIII lo envía también como animador espiritual en la guerra contra los turcos que amenazaban conquistar Austria, Italia y toda Europa.  Fue un admirable capellán militar que a todos animaba, consolaba y estimulaba con su ejemplo.  

Además de su admirable predicación, San Lorenzo dejó multitud de obras editadas en quince volúmenes, once de los cuales contienen más de ochocientos sermones, sobre el Año Litúrgico, los Santos y la Virgen María.  Se muestra también un buen exegeta en su «EXPLANACIÓN DEL GÉNESIS».

A pesar de que había conseguido tantos éxitos en todos los campos, siempre se mantuvo humilde y sencillo; virtudes propias de la espiritualidad franciscana. 

Permaneció siempre fiel a su costumbre de dormir sobre tablas, de levantarse durante la noche a alabar al Señor, de ayunar con frecuencia a pan y verdura, de disciplinarse duramente y, sobre todo, de meditar asiduamente en los sufrimientos de la Pasión del Señor.

Muere el 22 de julio de 1619.  Había recorrido varias veces Europa predicando y consolando.  Ya podía descansar el buen operario.  Su cuerpo fue enterrado en Villafranca del Bierzo, en León, en el convento de las monjas franciscanas.  Fue canonizado por el Papa León XIII el año 1881.  Su Santidad Juan XXIII lo declaró Doctor de la Iglesia el año de 1959.

San Víctor (siglo III)

Murió martirizado en Marsella bajo Maximiano Hércules.  Es el más famoso de los  cuarenta Víctores que contienen los martirologios.  Su culto es muy antiguo, ya  que remonta al año 415, en que se construye en Marsella un monasterio que lleva  su nombre.

Se dice que era un oficial tan brillante que Maximiano le había nombrado su  consejero militar.  Aquel año los cristianos de Marsella se preguntaban qué sería de ellos al saber que el emperador se instalaría por algún tiempo en su ciudad.  Qué clase de persecución habrían de sufrir por parte de quien acababa de exterminar a los soldados cristianos de la Legión tebana.  Por suerte, Víctor llegó con su testimonio y su afecto para rezar con ellos y animar a los más miedosos.  Nada más saberlo, Maximiano encargó a los jefes de su ejército que recondujesen a su consejero al buen sentido.  Éstos le instaron a ser fiel a los dioses y a la amistad del emperador, antes que a adorar a un hombre crucificado.  Pero Víctor, cansado de fingir y ansioso por ir a ver a Dios, 

contestó con una provocación:  “Vuestros dioses son demonios.  ¡Mala peste se lleve la amistad de un hombre si, por guardarla, debo traicionar a Aquel que murió por salvarme y hacerme feliz eternamente!”.  Repitió lo mismo delante del emperador.  En respuesta se le hizo arrastrar por las calles de la ciudad a fin de permitir al populacho colmarle de ultrajes y golpes.

Conducido a la prisión, Víctor convirtió a sus tres guardianes:  Longino, Alejandro y Feliciano, los cuales se declararon cristianos y fueron decapitados.  En cuanto a él, después de haber sufrido los más horribles tormentos,  fue triturado por una rueda de molino en los baños públicos.

Santos Longino, Alejandro y Feliciano (siglo III)

Habían sido los encargados, como hemos visto, de vigilar a Víctor en la prisión .  Él les hizo compartir su fe y ellos compartieron su martirio.  

San Alberico Crescitelli (+1900)

Presbítero, misionero del Instituto de Misiones Extranjeras de París, y mártir.  Intentó esconderse en la persecución de los bóxers, en China, pensando, más bien, en la salvación de los demás, pero traicionado por el barquero, fue golpeado casi hasta morir, llevado por un camino de piedras con los pies descalzos al río, y allí cortado en trozos pequeños y degollado.

San José Wang-Yumel (+1900)

Mártir en la persecución en Taining, China.  Fue canonizado el 1 de octubre de 2000.

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