Uno de los dilemas de esta época para las familias consiste en balancear el tiempo de convivencia familiar, con el tiempo dedicado al trabajo. Es muy frecuente que padre y madre trabajen fuera de casa para buscar estabilidad económica y profesional, ya que, en teoría, con mayores ingresos se logra dicha estabilidad, sin embargo, ese proceso implica que el tiempo de convivencia familiar se reduzca a un grado en que la estabilidad y el sano desarrollo de la familia se vea afectado.
Muchas veces el reclamo consciente e inconsciente de los hijos a los padres es su falta de tiempo para acompañarlos en su formación y desarrollo en todos los sentidos, siendo el más importante el afectivo, y esto cada vez tiene más impacto negativo en la sociedad.
Algunos padres al dar prioridad -consciente e inconscientemente- a satisfacer las necesidades económicas o materiales de la familia afectan el tiempo de convivencia esencial para formar una familia unida y en un entorno que permita la independencia y libertad de los hijos para su pleno desarrollo en sociedad.
Por otra parte, muchas empresas buscan la rentabilidad a partir del pago de mano de obra barata, lo que incentiva que hombres y mujeres tengan que trabajar para mantener estándares de bienestar económico creando un círculo vicioso que afecta el funcionamiento de las familias y la sociedad.
Algunas empresas están explorando alternativas de productividad basadas en la estabilidad familiar de sus empleados, de tal manera que los resultados se puedan obtener con indicadores distintos a los tradicionales de horas de trabajo por semana.
Conozco el caso de una empresa que inició un programa donde a las mamás con hijos con edad hasta 15 años, se les permite retirarse del trabajo tiempo antes que los demás con el objeto de darles mayores posibilidades de organizar su vida familiar, este mecanismo ha aumentado la productividad y el compromiso hacia la empresa, y también su estabilidad familiar y emocional, los resultados hicieron que por lo menos otra empresa adoptara el mecanismo.
Uno de los principales problemas en la industria manufacturera en la frontera es la rotación de personal, y tradicionalmente se ha tratado de atacar el problema desde la perspectiva empresarial a través de incentivos económicos, ya sea vales de puntualidad, transporte, etc., la realidad es que es un problema añejo que hace evidente que esos mecanismos no dan resultados.
Un enfoque distinto ha sido implementado por una empresa canadiense; que a través de su departamento de recursos humanos decidió enfocarse en apoyar a las familias y creó un “Family center” (centro familiar) abierto a todos los empleados y sus familias, donde además de ofrecer servicio médico extendido a toda la familia incluyendo servicio básico dental, cuenta con biblioteca y préstamo de películas, café internet gratuito para que los empleados hagan la tarea con los hijos, también tienen gimnasio y una escuela de futbol, prestan herramienta básica para arreglos en casa a los empleados, y tienen servicio de lavandería donde la ropa se entrega lavada y doblada al trabajador.
Este centro busca fortalecer el compromiso y la identidad con la empresa, lo que ha logrado reducir los índices de rotación de personal, además de que no tiene problemas para cubrir sus vacantes.
Este tipo de enfoques creativos desde la empresa ayudan a resolver el dilema entre tiempo y dinero que se presenta en las familias y ayudan a fortalecer no solo el desarrollo familiar sino el de toda la comunidad, por ello es necesario que más empresas, además de los gobiernos, piensen soluciones y políticas con perspectiva de familia para fortalecer a las personas y al entorno social.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de “El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe”
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).