Sentir el mañana

Las vacaciones son un tiempo maravilloso sobre todo para los estudiantes, es un tiempo donde pueden descansar, pero también pueden hacer todas esas cosas brillantes con las que sueñan y que no pueden hacer porque tienen que ir a la escuela, es el momento para desarrollar habilidades, trabajar para tener alguna libertad económica, ayudar a otras personas y aprender haciendo, pero también puede convertirse en un tiempo perdido.

Los jóvenes que no pueden sentir el mañana porque no tienen ni esperanza ni sueños son el peor augurio para la sociedad actual y para toda la generación que les tocará construir. Es fácil percibir el desánimo en los jóvenes, muchas veces aburridos, o abrumados porque sienten que no pueden desarrollar su potencial, buscando escaparse de la realidad en las redes sociales, en la aceptación instantánea aunque efímera de los “likes” o los “retuits”, compartiendo momentos aun los más triviales en “snapchat” o cualquier otra red social.

Entre los jóvenes es fácil percibir frustración y hastío frente a la política por la corrupción, cinismo y falta de resultados que parece dominar su ejercicio, al grado que las encuestas entre jóvenes arrojan que sólo 1 de cada 10 de ellos muestra algún interés por los asuntos públicos a través de la política. Esta semana algunos jóvenes irán a votar por primera vez, pero la gran mayoría no lo harán a menos que alguien les haga ver que de ellos depende que las cosas cambien.

El Papa Francisco en su encuentro con jóvenes mexicanos les ofreció un camino a través de Jesucristo: “La esperanza nace cuando se puede experimentar que no todo está perdido, y para eso es necesario el ejercicio de empezar «por casa», empezar por sí mismo.” pero “no podemos sentir el mañana si uno primero no logra valorarse, no logra sentir que su vida, sus manos, su historia, vale la pena.”

El Papa recuerda a los jóvenes: “Perdimos el encanto de caminar juntos, perdimos el encanto de soñar juntos y para que esta riqueza, movida por la esperanza, vaya adelante, hay que caminar juntos, hay que encontrarse, hay que soñar.”

Fácilmente se olvida que en esta época los jóvenes no son el futuro, sino el presente, no sólo porque la mayoría de la población en el país es joven, sino porque las cosas suceden hoy cada vez más rápido, ya sea por la tecnología, o por el ánimo de inmediatez con que se vive, lo que hagan o dejen de hacer los jóvenes tiene impacto en el presente y empieza a condicionar su futuro.

Las elecciones son una oportunidad para hacer algo, y muchos jóvenes pueden romper la inercia de desgano y apatía votando, pero no sólo eso, también pueden crear una agenda política que obligue a los actores políticos a definirse en las elecciones del 2018, pueden empezar a sentir el mañana que quieren, proponer y exigir cambios, romper la inercia de la corrupción, violencia e impunidad que se oponen a la riqueza, a la esperanza y a la dignidad de cada persona.


 

OscarFidencioIbanez

Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de “El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe”

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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