Cuando la política se vuelve asunto de vida o muerte

El gobernador del estado de Guerrero en México se reúne con los 4 obispos que atienden pastoralmente ese territorio, es una reunión amigable donde el político les asegura a los pastores que él apoya la labor de la Iglesia Católica. Hace 2 semanas, el gobernador envía al congreso local una iniciativa para “despenalizar” el aborto. Parece que estamos en medio de una escena de una película, y sin embargo, es una realidad que sucedió en las últimas semanas; el engaño y traición de una autoridad que atenta contra la vida de los indefensos, por razones políticas.

El titular del ejecutivo estatal en Guerrero en el contexto de una reunión internacional de partidos de izquierda en Acapulco, anunció que enviaría la iniciativa de ley al congreso, dos días después consuma su amenaza. El contexto del anuncio hace evidentes las motivaciones políticas que tiene para contradecir su plática con los obispos, y peor aún, para traicionar la obligación de defender a los más vulnerables habitantes del estado, a quienes debería proteger y servir.

Quizá quería obtener el reconocimiento de otros políticos como el gobernante de la Ciudad de México, que presume la cantidad de abortos que se realizan con apoyo de su gobierno. O quizá sólo pretendía desviar la atención de los múltiples problemas de pobreza, educación, injustica, impunidad y damnificados que existen en su estado y que su gobierno ha sido incapaz de resolver o por lo menos atender.

Los obispos de Guerrero, fieles a su papel de pastores, denunciaron la actitud del gobernante y como el buen pastor decidieron defender a quienes han sido confiados a su atención pastoral. La sociedad reaccionó también frente a la arbitrariedad del gobernante y se manifestó pacíficamente a través de la oración, y marchas en distintas ciudades del estado, y con presencia frente al lugar donde los diputados tendrían que votar la citada iniciativa.

A pesar de la celeridad con la que los legisladores trataron de procesar y aprobar la propuesta de ley, la gente a través de distintos grupos, incluyendo familias completas, jóvenes, padres y madres de familia se manifestaron con inusitada celeridad, tanto en la calle como en las redes sociales frente a la arbitrariedad de una autoridad, y exigiendo ser tomados en cuenta ante una decisión de la mayor trascendencia.

Después de la movilización ciudadana, y la activación de diputados locales y federales que se manifestaron en contra de legalizar el aborto, hubo un acuerdo en el congreso local para no discutir la iniciativa hasta no realizar consultas especializadas sobre el tema, y por lo pronto pospusieron el asunto hasta el próximo período de sesiones del congreso.

Este es un ejemplo de cómo la participación de la sociedad puede detener, posponer, o incluso cambiar una acción gubernamental que afecta a las personas y a la sociedad. Y es al mismo tiempo una muestra de cómo la frivolidad política, y la falta de compromiso con las personas y el bien común de una sociedad pueden llevar a las autoridades a realizar acciones en contra de los propios ciudadanos a quienes deben servir.

La Doctrina Social de la Iglesia nos enseña el valor de la participación ciudadana, y es parte de nuestro compromiso cristiano el luchar por defender la vida, en particular la de aquellos que no se pueden defender por sí mismos, sean bebés no nacidos, niños, ancianos, marginados, migrantes, o cualquier otra persona que por sus condiciones sean descartados o rechazados.

Gracias a Dios que en esta ocasión podemos comentar un resultado positivo de una lucha contra una decisión política que implicaría la muerte de seres humanos. Tenemos que rehabilitar la política “que es una de las formas más altas de la caridad” como nos recuerda el Papa Francisco en su importante discurso a políticos, académicos e intelectuales en Brasil, y no permitir que consideraciones políticas efímeras, ideológicas, superficiales, o perversas, degraden la calidad de vida de nuestras comunidades.


Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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