Oscar Ibáñez
Cuando estudiaba el doctorado en Colorado State University, reflexionaba con varios doctores y estudiantes acerca de la metáfora de la calle Shields (escudos) que separaba el campus de la universidad, de varias iglesias, entre ellas la parroquia católica del Beato Juan XXIII. Pareciera que la calle formaba un escudo entre la fe y la razón.
Como científico e ingeniero, he tenido que “dar crédito” (tener fe) a los argumentos de connotados autores a los que la comunidad científica les da credibilidad, y al mismo tiempo mantener un sano escepticismo sobre las hipótesis y soluciones generadas, que nos permita la mejora continua de ciencia y tecnología. He aquí una sana complementariedad entre ciencia y fe.
En otra perspectiva del aprendizaje, también he observado como algunos conceptos tienen que ser caracterizados, simplificados, o traducidos en expresiones matemáticas, o acotados por condiciones ideales experimentales llenas de suposiciones para poder probar o desechar hipótesis. Lo que me hace identificar con mucha claridad los límites de la ciencia para aprehender la realidad.
Y finalmente, hay experiencias que solo se pueden tener a partir de expresiones artísticas, y que muchas veces nos permiten ampliar nuestro conocimiento de realidades que van más allá de los límites de la ciencia, y nos abren dimensiones que llevan a desarrollarnos más como humanos, así sucede también con la fe religiosa que nos mueve a una búsqueda de la verdad.
El tema de plantear la fe y la razón o la ciencia, como una dicotomía no es nuevo, a pesar de que son dos elementos del ser humano que se complementan. Solo hay que recordar el discurso de San Pablo en el areópago de Atenas, donde el Apóstol intenta comunicarse con los filósofos griegos, y su discurso es aceptado solo hasta que empieza a hablar de la resurrección, y en ese momento el intelectual creyente es desdeñado con intolerancia por los pensadores, que por cierto eran creyentes politeístas (He 17, 16-32).
Algunos episodios históricos como la persecución religiosa de Galileo por sus planteamientos científicos, han ayudado a fortalecer la percepción de que la fe y la razón son excluyentes e incluso antagónicas, sin embargo, hay infinidad de experiencias que apuntan por el contrario a la complementariedad de ambas, como es el caso de la síntesis filosófica y teológica que se da en los tiempos del surgimiento de las universidades, por cierto hechura de grandes santos y pensadores católicos.
En el pasado más reciente un ejemplo de complementariedad en ambos campos, es la teoría de expansión del Universo del Padre Lemaître que se aborda en el artículo principal de encuentra.com, donde la fe del sacerdote, no obstruye, sino motiva a la búsqueda científica del origen del Cosmos.
Presentar la fe y la razón como métodos o caminos excluyentes limita nuestra capacidad y libertad de buscar la verdad, es por ello que en un diálogo franco y sin prejuicios debemos abordar las realidades bajo estas distintas perspectivas entre creyentes y no creyentes, y no tomar el camino fácil de excluir alguna de las expresiones, lo que nos llevaría a la intolerancia y el fanatismo de ambos lados.
Esta semana se abre un espacio de diálogo entre académicos y religiosos en el “atrio de los gentiles”, con un encuentro donde participará el Cardenal Ravasi, presidente del Consejo para la Cultura del Vaticano con académicos mexicanos creyentes y no creyentes en la Ciudad de México. Es un esfuerzo por iniciar un diálogo que debería llevarnos a romper escudos y restablecer la complementariedad de fe y razón en la búsqueda de la verdad, ya que esta unidad de propósito fortalece al ser humano en sus dimensiones racionales y espirituales, y nos puede llevar a una mejor convivencia y sociedad.
Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez
Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y aprendiz de bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.
Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»
Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).
Hablar de Fe y Razón como una dicotomia antagónica es un ejemplo muy simplista y como bien dice, solo puede reflejar fanatismo o escepticismo.
El hombre durante toda su historia a buscado la verdad, la razon ultima de las cosas, el ¿porque?, de todo lo que le rodea, El primer escalón en la búsqueda de la verdad lo constituye la ciencia, y como sabemos para que algo sea «Científico» debe tener como características la universalidad y la comprobación, lo cual nos deja una herramienta inútil, ya que muchos de los fenómenos que nos rodean, no pueden ser medidos, ni pesados, ni experimentados, por lo tanto cuando el científico se ve rebasado y es obsoleto avanzamos hacia el siguiente escalón en la búsqueda de la de la verdad, y es la Filosofía, la cual se basa en el uso de la Razón, y aquí estudiamos aspectos como la ética o la estética, cuestiones que claramente no pueden ser estudiadas por el método científico, sin embargo, existen muchos fenómenos que no pueden ser estudiados bajo el uso de la razón, tales como el origen de la vida, el alma, o el «ser», por lo tanto tanto la filosofía y la ciencia se ven rebasados y se denotan como métodos ineficaces para llevar al hombre a la verdad absoluta, es aquí donde se encuentra el ultimo escalón en esta búsqueda y esta representado por la Teología, cuya base fundamental es la Fe, la cual constituye el acto de creer mas allá de toda lógica o todo método científico, es el hecho de creer y sentir lo intangible aunque esto no sea razonable, por lo tanto constituye el acto supremo del hombre en la búsqueda y el encuentro de la verdad. La Fe y la Razón, jamas serán excluyentes la una de la otra, mas bien la primera es suprema y la segunda no, Por esto, todo aquel hombre de ciencia que basa sus conocimientos Universales en el puro estudio científico, tan solo denota Ignorancia.
Mario Ernesto Velasco Gutierrez
Medico, Estudiante del Postgrado en Anestesiologia
Católico.