El primer cónclave

Como está de moda escribir sobre el cónclave, pues yo también lo haré, pero me remontaré a la primera vez que se eligió un Papa. Reflexionando sobre este evento creo que podremos ponernos en una buena disposición para vivir este momento especial de la Iglesia.

Para empezar, Jesús se llevó a los apóstoles a un lugar apartado en la costa: Cesarea de Filipo, y ahí les hizo dos preguntas: ¿Quién dice la gente que soy yo? y ¿Quién dicen ustedes que soy yo? Así, de esa manera Cristo interpela a sus amigos. Estas son las preguntas fundamentales que los cardenales deben responder, mientras apartados de todos en la Capilla Sixtina, se encuentran reunidos alrededor de Cristo en la Eucaristía.
Pedro respondió: ¡Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo! Y mientras los apóstoles observaban, Jesucristo se dio cuenta que El Espíritu Santo le había revelado esa verdad a su discípulo. Así también, los cardenales han de observar iluminados por el Espíritu Santo a quién reconozca a ¡El Hijo de Dios vivo! Y ahí tendrán al nuevo Pedro, al nuevo Papa.

Enseguida Cristo nombró a Pedro para que dirigiera su Iglesia, y le prometió que las puertas del infierno no prevalecerían sobre ella. Y en esa promesa de Dios Hijo, hoy los católicos confiamos.

Arreglado el tema de la elección, Cristo les dijo entonces a sus apóstoles que lo iban a perseguir y a matar, y que resucitaría al tercer día.

Al recién electo primer Papa, lo único que se le ocurrió fue proteger a Jesús y alejarlo de su misión. Pero la respuesta de Cristo fue fulminante: ¡Aléjate de mi Satanás! ¡Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!
Cristo terminó exhortando a sus apóstoles y a Pedro, a seguirlo, negándose a sí mismos, tomando su cruz, y dispuestos a dar su vida por el Evangelio.

La Iglesia hoy también está en el camino del calvario, y si lo dudan, piensen en nuestros pecados y escándalos, incluyendo los de algunos cardenales. Y sin embargo, si creemos en Su promesa, también vamos a resucitar.

Esta cuaresma nos recuerda ese “primer cónclave” donde el Espíritu Santo indicó quién debería ser el primer Papa, qué aunque débil, confió en la promesa eterna de Cristo.
Escuchemos y caminemos tras de Cristo con nuestra cruz, dispuestos a dar testimonio del Evangelio con nuestra vida diaria, pensando no con los pensamientos de los hombres, sino con los pensamientos de Dios. Y unidos todos en oración para que el Espíritu Santo señale en la Sixtina al nuevo Pedro que nos guiará en esta próxima Pascua de Resurrección.

Por cierto, en encuentra.com encontrarán mucha información educativa sobre ¿cómo y por qué se elige al Papa?, sucesión histórica de los Papas, videos de sus últimas elecciones, y mucho más.


Oscar Fidencio Ibáñez Hernández
@OFIbanez

Casado, padre de 3 hijos, profesor e investigador universitario, y aprendiz de bloguero. Ingeniero Civil, Maestro en Ingeniería Ambiental y Doctor en política y políticas ambientales.

Mexicano, católico, autor entre otros textos de «El Espíritu Santo en tiempos de Twitter: Documentos del Concilio Vaticano II para tuiteros. Celebrando el #AñoDeLaFe»

Admirador de la Creación en todas sus dimensiones. Nací en La Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Mansos del Paso del Norte (Hoy, Ciudad Juárez, Chihuahua).

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