LA CONGRUENCIA

Una de las características que debe tener una persona triunfadora es la congruencia y mire que al hablar de éxito, lo que menos pasa por mi cabeza son los logros económicos, sino esa coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace.

El señor Javier Aguirre se ha mostrado generalmente ubicado, siendo una de sus principales virtudes el hecho de salir a hablar de frente y llamarle al pan, pan y al vino, vino.

Pero desde que regresó a México, por aclamación por cierto, empezó a patinar en modos, actitudes y formas de conducirse. Primero, esa patada sin sentido a un jugador panameño en la Copa Oro; Luego, las desafortunadas declaraciones a una cadena de televisión española donde, entre otras “lindezas”, dijo ver a México “jodido”; Tras ello, aparece enarbolando la bandera de un movimiento social incubado desde los medios masivos de comunicación denominado “Iniciativa México” y finalmente, ya instalado en su trabajo de conducir a la selección nacional a un papel destacado en la Copa del Mundo, aparece ensoberbecido y altanero, haciendo cosas raras.

Porque, mire usted, una cosa es respetar al profesional que tiene todo el derecho a encarar los problemas con base en su experiencia y otra muy distinta pensar que, por ser el director técnico de un equipo, puede manejarse como le venga en gana.

Y la cosa se pone peor cuando el poder de decisión queda dividido, bifurcado, compartido ya que al final, no queda nítida la línea que divide al responsable del culpable y eso resulta, para efectos del juicio, sumamente cómodo.

Rafael Márquez, uno de los capitanes que a modo de rol usó el “Vasco” en este torneo, manifestó públicamente que “Carrillo de dedica a lo táctico”, dejando la duda de donde termina la motivación y empieza la estrategia.

Las alineaciones del tricolor resultaron un galimatías hasta para los expertos. Andrés Guardado en el banco de suplentes era incomprensible; La alineación recurrente de Guillermo Franco parecía más una necedad que una solución; El no echar mano de brillantes jóvenes como Pablo Barrera y Javier Hernández de inicio un respeto inconcebible a los veteranos y el alinear, en el partido definitivo a Adolfo Bautista, una baraja bastante bajita sacada de la manga.

La incongruencia siguió su rumbo en la conferencia de prensa del día previo al juego con Argentina. En ella, un Aguirre desconocido, con la gorra a ras de nariz, cortante y pesado, contestó con monosílabos los cuestionamientos de la prensa internacional. Luego se dijo que el discurso al interior, es decir, con sus jugadores, fue todo lo contrario.

Al final, parece lógico que a un hombre que dijo no interesarle vivir en México por sus muchos problemas, le importe un sorbete la desilusión de millones de compatriotas.

Congruente con sus intereses, vivirá en Miami y esperará una oferta del balompié europeo. ¡Que sólido!

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Un comentario

  1. Yo no se nada de futbol pero lo que si se, que es su chamba y que no hay pretextos ya que su deber es meter goles para eso les pagan.

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