Dios da al hombre el regalo de la diferencia sexual, para complementarse, para que se ayuden el uno al otro.
En el libro del Génesis leemos que “al principio” Dios crea al hombre varón y mujer. Desde el principio Dios da al hombre el regalo de la diferencia sexual, para complementarse, para que se ayuden el uno al otro, para que sean fecundos, y ni él ni ella se sientan solos. Hombre y mujer fueron constituidos así por Dios en su todo personal.
¿Qué quiere decir que la sexualidad sea constituyente de la persona humana? Quiere decir que tanto tú como yo existimos de dos formas distintas en el mundo: se es varón o se es mujer. Éste es el significado real de la palabra “sexo”. El sexo no es algo que se deja ver únicamente a nivel biológico y físico de la persona. Tú y yo, en esa dimensión espiritual que no se ve pero que da vida a nuestro cuerpo, somos varón y mujer. Por eso se dice que el sexo es “constitutivo de la persona”, es decir, algo que está dentro de su compuesto mismo como carne y espíritu. No es sólo algo que es atributo suyo sino que es una verdad en y dentro de la persona misma. Una verdad biológica, física y espiritual; esto último es lo más íntimo de la persona y desde ese núcleo florece al exterior la conducta, la forma de ser masculina o femenina.
El autor Paul Evdokimov escribe: “la mujer no es maternal porque en su cuerpo sea apta para engendrar, sino que de su espíritu maternal es de donde procede su facultad fisiológica y la correspondencia anatómica; y si el varón tiende a someter la tierra es precisamente porque de su espíritu emana esa facultad”.
Tu Dios y mi Dios ha sido increíble al crearnos varón y mujer para dar paso así a la familia humana. La mujer ha sido creada en orden a la comunión con el varón y recíprocamente; y uno y otra se descubren colocados en este orden mutuamente referencial desde el momento mismo en que se miran y se ven como varón y mujer.(1)
El sexo, ser varón o mujer, no es algo que pasa por pasar, no es un accidente. El sexo identifica en la persona una forma de venir al mundo para desarrollarse en el mundo siendo él o ella. El sexo, dice Juan Pablo II en su obra Amor y responsabilidad, “es constitutivo de la persona, no simple atributo suyo”.
Por esto mismo las madres y padres de hoy debemos esforzarnos por generar una cultura del cuerpo y del sexo en nuestros hogares cristianos de acuerdo con el plan que Dios ha tenido para la estirpe humana. Debemos esforzarnos, en primer lugar, en reflexionar en estos principios que nos llevan como personas a saber que se es varón y que se es mujer, y vivirse en esa modalidad como tal. De esta forma nuestros hijos identificarán, absorberán el principio de la complementariedad, sabrán que ser mujer significa donarse en el amor y que ser varón significa asombrarse ante ese amor que se presenta para los dos dando paso al amor humano, al amor de la carne, al amor matrimonial y divino.
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1] CAFFARRA, Carlo, Sexualidad a la luz de la antropología y de la Biblia, p. 34.
Vivo la vida cristiana siendo un colaborador de la comunidad de mi barrio,estamos tratando de conocer mas sobre la sexualidad. Rico nos pudieran ayudar. Dios los bendiga.
hablando
Hola, mi nombre es Manuel Facundo Correa, tengo 20 años. Soy estudiante de antropología y participo de un grupo de investigación en la UBA (Facultad de Filosofía y Letras). En esta oportunidad escribo porque estoy encarando un trabajo sobre cuestiones de sexualidad y cristianismo. Quisiera saber si realizan seminarios sobre dicho tema, y si es posible, participar y así ampliar el panorama del trabajo en el que estoy encaminándome. Por favor, si es posible, contáctense con mi mail. Desde ya, muchas gracias. Manuel.